Si, finalmente, San Vicente Mártir es trasladado a domingo el próximo año, los defensores del día 22 tienen, aparentemente, motivo para quejarse: ¿por qué eliminar la tradición, apelando a ser más prácticos con el calendario de festivos, si el 22 de enero genera un «puente» en 2021?

Y es verdad: San Vicente Mártir cae viernes (pasa de miércoles a viernes porque este año es bisiesto y «salta» dos días de la semana) y generaría una triada de días.

Pero los defensores de su traslado a domingo para ganar esa fecha como festivo local tienen un argumento no menos legítimo: es verdad que se perdería un puente, pero a cambio de ganar un «acueducto» en Fallas, que es la fiesta que más trascendencia tiene en la sociedad ciudadana.

Porque si se libera ese día como festivo local, éste se asignaría al 18 de marzo. De tal modo que la ciudadanía (los que quieren disfrutar la fiesta y los que quieren abandonar la ciudad) dispondrían de cuatro días: el 18 (festivo local), el 19 (festivo autonómico) y el fin de semana completo.

También con la particularidad de que, al encontrarse dentro de las vacaciones escolares, no se daría esa paradoja actual con San Vicente Mártir de que los niños sí que tienen que ir al colegio si las clases las imparten fuera de València. Algo que, en caso del «puente» de enero, no podría producirse, puesto que ese viernes 22 seguiría siendo día de colegio a todos los efectos.

Hay que recordar, en ese sentido, que los ayuntamientos sólo pueden señalar, por ley, dos días festivos, que se suman a los ocho de carácter estatal y cuatro autonómicos. El otro no está en discusión ni lo estará: San Vicente Ferrer, una fecha que hace puente «por detrás» al ser lunes y que remata las vacaciones escolares.

Un cambio «inaceptable»

Los colectivos martiriales defienden a capa y espada el 22 (consideran «inaceptable» el posible traslado) porque consideran que se trata de festejar en la fecha exacta, apelando a que es en la que falleció el santo. Es decir, en la línea de fiestas tan antagónicas como el 25 de diciembre como día después del nacimiento de Jesús o el 1 de mayo, como inicio de la huelga de Haymarket.

El cambio queda ahora, simplemente, a la espera de que El Vaticano de la venia. Fuentes consultadas por este diario aseguran que el visto bueno se verificará con tiempo para que se pueda aplicar al calendario laboral de 2021. Si no, y si continúan los mismos jerarcas ciudadanos y eclesiásticos, sería para 2022.