El alcalde de València, Joan Ribó, y la vicealcaldesa de la ciudad, Sandra Gómez, visibilizaron ayer las profundas discrepancias que mantienen respecto a los responsables del fraude de cuatro millones de euros en la Empresa Municipal de Transportes (EMT). El líder de Compromís, en línea con su concejal Giuseppe Grezzi, presidente de la empresa, defendió ayer al gerente de la entidad, Josep Enric Alemany, asegurando que no tiene responsabilidad alguna en esa estafa. La portavoz socialista, sin embargo, prefirió no pronunciarse al respecto y se remitió a lo que diga la Comisión de Investigación, cuya presidenta, la también socialista Elisa Valía, defiende, según todas las informaciones, la destitución del gerente. El embarazoso encuentro se produjo durante la visita a las obras de San Vicente de la Roqueta, donde ambos dirigentes municipales fueron interpelados por las responsabilidades del gerente de la EMT en la estafa de cuatro millones cometida hace ahora un año. No hubo enfrentamiento dialéctico, porque Sandra Gómez lo evitó, pero de sus palabras y de sus gestos se deduce una fuerte brecha entre los socios de Gobierno. Ribó rechazó abiertamente que Josep Enric García tenga responsabilidad en el asunto y que, por tanto, tenga que dejar el puesto. «Yo no soy partidario de la salida del gerente de la EMT porque creo que no es responsable de ese tema. Yo no soy partidario, creo que no es una responsabilidad suya», dijo el alcalde. A su juicio, «la responsabilidad es muy clara» y esa responsabilidad recaería en «la persona que, de alguna manera, indujo este tema y las personas que lo permitieron», en alusión a la jefa de Administración de la EMT, despedida tras conocerse el fraude, Celia Zafra, y Caixabank, la entidad a través de la cual se realizaron las transferencias de esta operación. «Estoy hablando de una entidad bancaria y de una persona.
Creo que estas son las responsabilidades, que están muy claras incluso a nivel judicial», precisó. Acerca de si la estafa puede generar responsabilidades políticas, el alcalde dijo que él no forma parte de la comisión de investigación de la EMT y que eso es algo que no puede decir. «No estoy en la comisión y no lo puedo decir. Esto se está trabajando en estos momentos», declaró. A esa comisión se refirió también Sandra Gómez, que evitó así un pronunciamiento directo sobre el futuro del gerente. La vicealcaldesa defendió el trabajo de los concejales y miembros del Consejo de Administración de la EMT que integran ese órgano. «Nosotros propusimos que hubiera una comisión de investigación y respetamos el trabajo que hacen los compañeros y que están a día de hoy trabajando en acordar unas conclusiones conjuntas», afirmó Gómez, quien añadió, eso sí, que los socialistas, que presiden dicha comisión a través de la edil Elisa Valía, estarán «a lo que se acuerde por parte de todos los grupos políticos». Y eso es tanto como decir que el gerente de la EMT debe dejar su puesto. Según ha podido saber este periódico, las conclusiones de la presidenta reclamarán la salida del gerente de la entidad y de la jefa de gestión, una decisión que apoyarían todos los grupos. Tanto es así, que le habrían sugerido a Compromís que buscara una salida amable, en forma de dimisión, a Alemany. El problema es que Compromís lo defiende a capa y espada y no hay acuerdo, lo que de momento está retrasando esas conclusiones.
