El edificio histórico de Correos en el centro de la ciudad, uno de los más singulares de la plaza del Ayuntamiento, pasará a manos de la Generalitat en días. La negociación que la Administración autonómica mantiene desde hace meses con la empresa pública estatal está «muy avanzada» y se espera que el acuerdo pueda estar cerrado antes de que finalice el año, confirman fuentes del Consell a este diario. El inmueble, que ocupa una manzana y da nombre a una de las calles sobre las que recae, será recuperado así para la capital y los ciudadanos, ya que el objetivo es dotarlo en su nueva vida de un uso cultural.

Las conversaciones están en marcha desde hace más de un año. Levante-EMV desveló en octubre de 2020 el interés del Gobierno valenciano por hacerse con el edificio. El propio president Ximo Puig y su equipo de confianza se han implicado en el diálogo con los máximos responsables de la sociedad estatal.

En principio, se habló de una permuta por terrenos de la Generalitat en alguno de los parques de desarrollo industrial cercanos a València. Al final, la operación se ha reorientado hacia una compra-venta, según las fuentes consultadas. La cantidad está por cerrar. La Administración autonómica pretende además el compromiso de la empresa de inversiones en la C. Valenciana en forma de algún centro logístico.

De acuerdo con algunas fuentes, Correos ya habría iniciado el proceso de vaciado del edificio, pensando en una finalización inminente de la negociación con el Gobierno valenciano.

La empresa pública estaba interesada en una salida para un inmueble que es uno de los símbolos de la ciudad. Los buzones con las fauces de león de la entrada principal forman parte de la memoria colectiva de muchos vecinos de València. Sin embargo, las nuevas tecnologías han transformado el negocio postal y un inmueble histórico (con lo que implica) en el centro de la ciudad se había convertido en poco operativo para las necesidades actuales.

No es un fenómeno extraordinario ni único. Ha sucedido en otras ciudades. La Generalitat, a través de la Conselleria de Hacienda, compró en enero de este año el inmueble de la empresa postal en Castelló. La adquisición se cerró por dos millones de euros. En el caso de la capital de la Plana, el objetivo es convertir el conjunto en polo de innovación y en sede territorial de la conselleria de esta materia.

Uso cultural innovador

La Generalitat siempre ha tenido en mente en el caso de València un uso cultural. Está por terminar de concretarse, aunque hay un proyecto en marcha, señalan fuentes del Ejecutivo, pero hay que ver cómo se adapta a las características arquitectónicas del inmueble. El objetivo, no obstante, es dotar a este de un uso museístico «innovador».

El edificio de Correos es uno de los más representativos arquitectónicamente del centro de la ciudad. Está situado en frente de la Casa Consistorial, con la que entabla un diálogo de estilos y volúmenes. Su transformación en un nuevo contenedor cultural requerirá una reforma interior para la que aún no hay plazos. En el caso de Castelló, se acordó un margen de un año para que la empresa desalojara completamente el inmueble. En el caso de València, se especuló en el pasado con un posible uso como museo fallero por su ubicación céntrica, pero está descartado en este momento. La Generalitat trabaja en otros usos culturales. Se unirá, llegado el momento, a la oferta que representan el IVAM, el MuVIM, el Centre del Carme, la Fundación Bancaja y el Museo de Bellas Artes en la zona centro de la urbe.