Castellar-l’Oliveral inaugura la primera planta de energía solar gestionada por vecinos

La pedanía acoge la primera comunidad energética local de la ciudad, que tendrá continuidad en Aiora, Malilla, el Carme y la Malva-rosa

Ribó, los concejales Ramón y Beamud, la alcaldesa pedánea y los responsables de la iniciativa. | A. V.

Ribó, los concejales Ramón y Beamud, la alcaldesa pedánea y los responsables de la iniciativa. | A. V. / R.L.V. valència

La pedanía de Castellar-l’Oliveral se ha convertido en pionera en la ciudad de València a la hora de poner en marcha el primer proyecto de «comunidad energética local». Esto es una planta fotovoltaica de gestión propia que, además de abastecer a los 63 socios y socias con los que cuenta actualmente, será capaz de ceder energía limpia y gratis a tres familias vulnerables de la población a través de la Fundación València Clima i Energía. Los beneficios, sin embargo, alcanzan a toda la ciudadanía, puesto que con esta iniciativa se dejarán de emitir cerca de 12.000 kilogramos de CO₂ a la atmósfera, la misma cantidad de dióxido de carbono que absorberían 375 árboles.

El proyecto arrancó en junio de 2020, cuando seis vecinos constituyeron la Asociación Energética Local Castellar-l’Oliveral. El ayuntamiento los asesoró y les cedió el tejado del centro cívico municipal La Cebera para las placas fotovoltaicas, y fueron inauguradas ayer oficialmente por el alcalde, Joan Ribó, que destacó que «estamos ante una auténtica revolución; los vecinos se empoderan, pasan de ser consumidores y clientes de multinacionales energéticas a ser generadores y gestores de su propia energía de una forma democrática, sostenible y solidaria». La mayoría de socios son familias con única participación en la comunidad. Han hecho una inversión inicial de 600 euros y se calcula que podrán ahorrar unos 140 euros al año en la factura de la luz. Se estima que dentro de cuatro o cinco años habrán recuperado el gasto en una instalación que tiene una vida útil de al menos 25 años, sin contar con la subvención que les ha concedido el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE), que cubre el 40 % de los costes.

Ribó, que acudió con el concejal de Transición Energética, Alejandro Ramón, anunció además que «la semilla de Castellar se esparce por otros barrios» y los de Aiora, Malilla, el Carme y la Malva-rosa serán los próximos en tener instalaciones de autoconsumo.

La comunidad energética de Castellar-l’Oliveral busca nuevos emplazamientos para más instalaciones, más allá de la Cebera, y sirve «de ejemplo y de inspiración a toda València», según ha remarcado Ribó. El barrio de Aiora será el próximo en disponer de infraestructuras de autoconsumo, seguido de Malilla y el Carme, mientras que el colegio público Ballester Fandos, en la Malva-rosa, ha iniciado el proceso para crear una comunidad energética para la provisión del centro y para ceder energía gratis a familias vulnerables.

Castellar-l’Oliveral se ha convertido en espacio pionero, puesto que también dentro de unos meses abrirá el primer mercado ecoagrícola estable, cuyas obras acaban de empezar justo enfrente de La Cebera.

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