La fallera mayor de València, María Estela Arlandis, y la corte de honor, han acudido a la sede de Mama Cose para la última prueba de los blusones oficiales. Allí han visto ya de primera mano las prendas que llevarán en unos actos muy determinados del programa de Fallas. Se estrenará en la plegaria previa a la Macrodespertà en la iglesia de Santa Clara (posteriormente se pondrán la parka para protegerse del frío y de las piedrecitas) y volverá a utilizarse, como mínimo, en la recogida del ninot -no se ha dicho de momento si tendrán una cena de “plantà” y si, en ese caso, lo utilizarían-.

La firma ubicada en el Portal de Valldigna ha sido la responsable, un año más, de proveer de manera oficial los blusones. Que este año llegan con una novedad sustancial: después de años de policromía, recuperan el color negro, que estará cuanto apenas adornados con el pañuelo y cintas de color por parejas.

Una vuelta a la tradición

Se trata de una vuelta a la prenda tradicional. Porque, aunque es cierto que el blusón podía hacerse prácticamente con cualquier retal, la estampa más tradicional procede del color negro, el que ha pervivido, por ejemplo, como prenda reglamentaria para el Tribunal de les Aigües.

A lo largo de los años, el negro había sido desplazado por toda suerte de variedades cromáticas e infinitas formas de estampado. El negro cumplió un papel importante en la transición de la indumentaria masculina, que pasó del traje de chaqueta convencional al empleo de prendas especiales para la fiesta: primero el traje negro y después los tradicionales de "saragüell" y "torrentí", así como el más masivo, a la vez que incorrecto, "serrano".

De décadas de negro a policromía

El blusón apareció como prenda de apoyo, para tener un elemento distintivo. Durante décadas no salió del color negro y sólo con el paso del tiempo abordó la policromía. Se hacen blusones para la comisión y diferenciados para el cuadro de honor, se hacen blusones pintados y tanto blusones elegantes como estridentes.

El cambio supone una versión evolucionada, al incorporar los detalles de terciopelo y los pañuelos de colores. Fue una sugerencia de la propia responsable de Mama Cose, Maika Ferrando, “que llevaba conjuntamente con Irene Benet, de Diario de una Peineta -una web de venta y alquiler de indumentaria- con la que hemos querido poner de moda el modelo más tradicional" y obtuvo el beneplácito de la Junta Central Fallera. Los cargos de este organismo sí que llevarán un blusón de color crudo.

De habitual a casi único

María Estela y la corte conocieron el prototipo durante la Gala de la Indumentaria y semanas atrás habían acudido para tomarse las medidas. La sensación general era de satisfacción por lucir un producto que, casualidades del transcurso del tiempo y de la moda, se ha convertido en algo peculiar y casi, casi, único. En la propia Mama Cose han empezado a notar el fenómeno de regresión, que, se intuye, se multiplicará con el estreno por parte de las representantes de la fiesta, que generan un imparable efecto contagio.

La indumentaria y los elementos tradicionales están prácticamente finiquitados. Falta por estrenar el corpiño negro y el lunes se recepcionan las parkas, éstas a cargo de Feror, que completarán el equipamiento no tradicional, pero sí pragmático.