Un grupo de arqueólogos voluntarios lleva excavando tres años en el yacimiento de La Celadilla, situado en el término de Ademuz. En este sitio han encontrado restos de lo que en su día fue un poblado íbero. Pero el pasado fin de semana, ante su sorpresa, hallaron dos esqueletos humanos. El arqueólogo Daniel Giner, quien dirige la excavación, explicó que el nivel de destrucción de los huesos era similar al del resto de los enseres. Por lo que todo apunta a que se trata de dos habitantes de esta aldea del siglo IV antes de Cristo (a. C.)

Giner matizó que es "bastante raro" encontrar dos esqueletos humanos en este tipo de excavaciones, "porque los íberos no enterraban a sus muertos". Su cultura dictaba que los cuerpos debían de incinerarse. Aunque destacó que el lugar de asentamiento, en donde se encuentran en estos momentos trabajando, fue destruido en el año 350 a.C. por un incendio, con lo cual los restos descubiertos pueden ser de habitantes del poblado muertos a causa del fuego. Por esta razón, el equipo no descarta la posibilidad de que puedan encontrar más esqueletos.

Una aldea muy pequeña

Esta población íbera era muy reducida. Giner comentó que debió ocupar tan solo "media hectárea". El arqueólogo señaló que dentro de la jerarquía de los íberos, se trataría de una aldea y no de una ciudad de las dimensiones de Edeta, en Llíria, o la del Tos Pelat, en Moncada.

A lo largo de estos tres años han encontrado restos de lo que fueron sus casas como estructuras de habitaciones o muros.

La Comunitat Valenciana es rica en yacimientos de la cultura íbera. Esta población se caracteriza por tener los asentamientos en lugares elevados y desarrollar una gran tradición ceremonial. A pesar de todas las investigaciones, se desconoce su escritura. Prueba de la importancia de los íberos en la C. Valenciana, es la dama de Elx, así como el Guerrer de Moixent.