"En abril la Mancomunitat puede hacer crack". Es la frase exacta, dura, real y comprensible que ayer pronunció el vicepresidente de esta institución y alcalde de l'Alqueria de la Comtessa, Salvador Femenía, al analizar la situación de la Mancomunitat de la Safor, que no es otra que la amenaza de cierre si la Generalitat y el Ayuntamiento de Gandia no se prestan a liquidar los cerca de dos millones de euros que, en conjunto, le deben.

Con Femenía estaba el presidente, Gaspar Pérez, y el otro vicepresidente, Àlvar Català, todos ellos sentados junto a cinco representantes de los 46 trabajadores de la Mancomunitat. "La parte política y la de los trabajadores estamos en el mismo barco porque queremos un plan de viabilidad para esta empresa", indicó Pérez, quien relató lo ya conocido. No se ha podido pagar la extra de Navidad. No se sabe si se podrá pagar la nómina de enero. No se han pagado las retenciones a Hacienda ni los últimos tres meses a la Seguridad Social. Se deben 190.000 euros a proveedores y hay una póliza de 240.000 euros que ha quedado al descubierto, lo que obliga a pagar más de 3.000 euros al mes en intereses.

Nada de lo ocurrido es responsabilidad de la Mancomunitat. Si cobrara todo lo que se le debe, tendría 900.000 euros en el banco. Los ayuntamientos, especialmente Gandia, y la Generalitat impiden el normal funcionamiento de un ente que, si no se pone remedio, en abril podría dejar de prestar servicios sociales a treinta municipios, algunos de ellos tan básicos y necesarios como el centro de estimulación precoz, el autobús de discapacitados, las unidades contra conductas adictivas, el gabinete psicopedagógico o la atención directa a personas y a familias con problemas.