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En Vallibona, y también en la Pobla de Benifassà, el desmontaje del artesonado ha supuesto el hallazgo de varias sorpresas. Si en la iglesia de la Pobla el pintor decidió dejar un mensaje en forma de su autorretrato para que fuera hallado por quienes desmontaran su obra o un dibujo de un santo sobre tabla.

Un guiño histórico a través de los siglos. En cambio en Vallibona se muestran varios símbolos fálicos. Con varios tamaños, modelos y medidas. ¡Incluso con cola!

Demonios entre peces y penes voladores de varios tamaños son la anécdota simpática de unas iglesias que todavía atesoran muchas incógnitas desde su construcción hace más de 700 años. Los responsables de los dibujos son los pintores, que debían estar hartos de tanto dibujo geométrico y tanta seriedad en las tablas y tabicas. Así, entre decoraciones vegetales, animales como peces, demonios o pájaros dibujaban penes con cola, como si de un animal más se tratara. Debió ser un divertimento para romper con la monotonía pensando que nadie se daría cuenta. En los andamios de hace 700 años también había un sentido del humor muy fino entre los distintos oficios. Pero siete siglos después estos otros "pájaros" se han manifestado a raíz de varias actuaciones de reforma que ha acometido la Administración autonómica y que han sido publicadas en el libro Jaime I (1208-2008).