El durísimo plan de ajuste que el Ayuntamiento de Carcaixent tenía previsto aprobar anoche con los votos del equipo de Gobierno (PP-PSD) prevé una nueva subida de impuestos apenas seis meses después de que el Gobierno de Lola Botella aumentara de golpe 32 tributos locales.

El plan, el tercero de los populares desde 2009, tendrá una vigencia de diez años, de 2012 a 2022, y permitirá, si lo aprueba el Gobierno, la cancelación de sus pagos pendientes con proveedores, derivados de la contratación de obras, suministros o servicios por valor de 1,9 millones.

El plan de ajuste recoge que aunque ya se aplicó una subida media del 5%, en diferentes tipos impositivos en octubre de 2011, se hace necesaria una nueva vuelta de tuerca. Así, aunque se excluye de la subida el IBI urbano porque acaba de aumentar por dos vías, se propone incrementar el de rústica, el de actividades económicas y el de vehículos de tracción mecánica, aunque la coyuntura económica ha provocado una reducción del número de vehículos comerciales e industriales.