El proceso para tramitar la declaración de Peñíscola como Patrimonio de la Humanidad tendrá que esperar para dar sus frutos. Por lo menos, hasta que finalicen algunas obras en el casco antiguo, como la reparación de las murallas, cuya fase final está ejecutándose antes de formalizar una candidatura. Así lo ratificaron fuentes del Consistorio, que explicaron que en este momento la prioridad es ultimar los trabajos para recuperar el recinto amurallado.

Felipe II encargó al ingeniero militar italiano Juan Bautista Antonelli la construcción de nuevas fortificaciones adaptadas a la artillería, con el fin de servir de baluarte contra los ataques de los piratas berberiscos. Estas murallas se ciñeron al contorno urbano y fueron construidas entre 1576 y 1578. La de Peñíscola es similar a otras coetáneas, como las de Ibiza, Tabarca o Palma. Junto a Roma y Aviñón son las tres únicas sedes pontificias que ha tenido la Iglesia en el mundo.

Visita de expertos

La pasada primavera la localidad recibió la visita de la doctora Tamara Blanes, especialista en fortificaciones hispanas en el Caribe. Por ello, Peñíscola está dispuesta a constituir una propuesta con garantías después de oír la opinión de la doctora. De este modo, la tramitación de la declaración se reanudará una ves finalicen los trabajos en las murallas.