El Sindicato de Policías y Bomberos (Spplb) ha denunciado que el nuevo inspector jefe de la policía local de Náquera está generando un «caos organizativo» en la plantilla, situación que achaca al «nombramiento de una persona sin experiencia como mando policia y sin la preparación adecuada».

El Spplb afirma que la policía local ha dejado de recoger denuncias de los vecinos «con lo cual estos se tienen que desplazar hasta el cuartel de la Guardia Civil de Bétera».

También señala que la falta de personal «deja el retén sin atención, hecho que se agrava al tener el terminal del 112 inoperativo». El sindicato explica que en 2012 no se realizaron las obligatorias prácticas de tiro y lo que va de 2013 tampoco y añade que «los dos únicos chalecos antibalas que existen, están caducados, con lo cual inoperativos».

El Spplb denuncia «problemas a la hora de plantear y planificar los servicios policiales, cambios continuos, incluso cuando los agentes están de descanso, enterándose cuando llegan al servicio. El cuadrante del año 2014 sigue sin ser negociado».

El inspector jefe tildó las acusaciones de « clara calumnia y una falsedad manifiesta vertida con el único motivo de desestabilizar a la jefatura». El intendente señaló que el no recoger denuncias «es una cuestión planificada y acordada con el teniente del puesto de la Guardia Civil de Bétera para evitar duplicidad de actuaciones y hacer más operativo el cuerpo, teniendo en cuenta que permaneciendo todo el servicio en la central se desatendían los más de doscientos robos al año que había en la localidad y que no se saldaban con ninguna detención». Sobre la falta de personal manifestó que «mantener un agente en la central para atender el servicio de 112 es innecesario e inoperativo ya que se trata de un servicio que siempre llama por vía telefónica a la policía local cuando hay una emergencia. Por lo tanto, en nada entorpece la labor de los agentes, que siempre llevan operativo un teléfono». El jefe de la policía local rechazó los problemas de organización y de conciliación de la vida familiar. «Los agentes trabajan siete días y descansan otros siete, unas condiciones laborales que permiten la conciliación con la vida familiar».