El Ayuntamiento de Gandia ha abierto dos expedientes sancionadores contra la discoteca Falkata, ubicada en la carretera Nazaret-Oliva de la playa, por la fiesta celebrada la noche del pasado viernes.

El primero de ellos se debe a la falta de permiso por parte del propio consistorio para celebrar fiestas de carácter especial y el otro expediente sancionador es por sobrepasar el límite de decibelios que permite la ley durante ese mismo evento del viernes por la noche.

Según informaron desde el Gobierno local del PSPV y Més Gandia ayer, la Policía Local recibió numerosas llamadas de vecinos de la zona residencial más próxima quejándose de que el sonido que emitía el complejo, pese a estar los altavoces encarados hacia el marjal, era «escandaloso».

Las patrullas, ante la insistencia de las llamadas, acudieron hasta el local, realizando mediciones no solo en sus inmediaciones, sino en varios puntos de la playa.

Según Àngels Pérez, concejala de Seguridad Ciudadana, basándose en las actas que levantaron los agentes desplazados hasta Falkata, todas las sonometrías demostraron que se alcanzaban niveles sonoros muy por encima de lo que estipula la normativa, que marca un máximo de 45 decibelios. Además, según apuntaron desde el Gobierno local, los técnicos municipales verificaron que la empresa no contaba con la licencia especial necesaria para celebrar las fiestas programadas, todas ellas sin limitador acústico, pese a que desde Falkata se alegó que disponían de un «permiso verbal» del anterior Ejecutivo del PP, algo que carece de toda validez cuando se trata de una administración pública como es el Ayuntamiento de Gandia.

No solo eso, desde el Gobierno local consideran que no es competencia del ayuntamiento otorgar ese tipo de licencias, sino que son de la Generalitat. Por ello, señaló Vicent Mascarell, «vamos a informar de lo sucedido para que tomen las medidas que consideren oportunas».

Desde el Ejecutivo dan por hecho que Falkata «no actuó de mala fe» y que organizaron la fiesta confiando en la validez de un permiso verbal obtenido el pasado mes de mayo, cuando cerraron la programación de verano contando con ese beneplácito municipal. Por ello, la voluntad del nuevo Gobierno de Gandia es «sentarnos con la empresa» para tratar de llegar a una solución que sea lo más satisfactoria posible para todas las partes.