La coordinación y eficacia del protocolo de evacuación del colegio La Encarnación de Sueca quedó ayer absolutamente demostrado. Unos 650 alumnos tuvieron que abandonar a media mañana sus clases precipitadamente al producirse un pequeño incendio en la primera planta de uno de los pabellones „separado del aulario„ en el que se llevan a cabo trabajos de rehabilitación. Los estudiantes, personal docente y demás empleados del colegio se trasladaron a la parroquia de Sant Pere, situada a escasos metros. A pesar de lo aparatoso del humo y de la movilización, el incidente no causó ningún herido. Únicamente un peón del pintor, que se encontraba solo en el momento de declararse el fuego, tuvo que ser atendido en el centro de salud por sentirse mareado, al parecer por haber inhalado humo en los primeros momentos de extinción del incendio.

Alertados por el humo que salía por una de las ventanas de la fachada, una pareja de policías locales se trasladó rápidamente al colegio. Sofocaron el pequeño incendio, declarado hacia las 11:30 horas, enseguida valiéndose de extintores, según confirmó Juan Torró, intendente jefe de la Policía Local. Inmediatamente acudieron al colegio, ubicado en la céntrica plaza de Sant Pere, una dotación de bomberos. Tras asegurarse de que el fuego estaba totalmente consumido, se efectuaron labores de ventilación.

Por el momento se desconocen los motivos exactos que han podido originar el fuego, que sólo afectó a la parte baja de una puerta de madera y a unos cables que había junto a ella. En ese momento trabajaba un solo operario en la estancia. Limpiaba restos de una moqueta retirada con anterioridad. Los bomberos barajan que podría haberse producido algún tipo de reacción con los productos que se utilizaban, altamente inflamables. La rápida intervención evitó que el fuego se propagara a otra estancia.

La dirección del centro escolar puso en marcha el protocolo de evacuación del colegio. Todos, de manera ordenada, se trasladaron a la parroquia donde permanecieron apenas una media hora, hasta que los bomberos y la Policía Local descartaron cualquier tipo de peligro en el edificio. Después los niños pudieron volver a la escuela para recoger sus pertenencias.