Buscar una opinión profesional para atajar problemas con la educación de los hijos es fácil en Canet d´En Berenguer gracias al novedoso servicio de asesoramiento individualizado que ha impulsado el ayuntamiento.
Tras 14 años de experiencia como educadora en centros de menores, la criminóloga de formación Laura Antoni se ha convertido en una «Supernanny» que ayuda a las familias a abordar el día a día con niños o adolescentes y «evitar que pequeños desencuentros acaben en grandes problemas», explica.
Con el actual ritmo de vida y el alto nivel de estrés, consultas no le faltan. «Muchos padres se ven desbordados; incluso los abuelos, que a menudo están a cargo de los nietos, tienen dudas, así que me plantean desde cuestiones cotidianas a otras ya serias», reconocía a Levante-EMV.
Una fuente de conflictos que ve «más común de lo deseable» es que «en muchas familias no hay constancia, ni coherencia. Y eso a los chavales les marea». Según explica: «Educar con normas que cambiamos a la mínima confunde a los hijos; un día le dices que no debe chillar y, al siguiente, como estás cansado y no quieres discutir, te da igual. Así, el hijo no está pendiente de cumplir la norma, sino del estado de ánimo de los padres».
Convencida de que «hay que darle sentido común a la educación», aboga por fomentar la autonomía personal de los hijos, pero siempre sin olvidar los «sistemas de refuerzos». «Algunos padres son muy estrictos y los chavales no se implican al no recibir premios», asegura.
Aunque la adolescencia ha centrado la mayoría de sus intervenciones, no le han faltado otras con niños de 8 a 10 años, fundamentalmente por dudas sobre falta de autonomía y cómo reconducir una conducta. Incluso tuvo una respecto a una niña de un año y medio. Y es que, como explica Antoni: «Muchas veces, los padres se desesperan, pero con sentido común y hábitos adecuados, las cosas van mejor».
También recomienda trabajar la responsabilidad». Según indica: «A los hijos hay que darles herramientas para que tomen decisiones sin olvidar que tienen una responsabilidad y que quienes no tratan bien a sus padres o incumplen determinadas normas, acaban en centros de menores; unos lugares que son los grandes desconocidos entre escolares. Por eso, queremos abordar este tema con charlas en los colegios».
Casos llevados a la Fiscalía
Otra de sus recetas es «buscar un compromiso de todos» a nivel familiar. Por eso, aunque los padres van solos a la primera o segunda consulta, suele animarles a ir luego con el menor y, cuando éste tiene cierta edad, a menudo acaban firmando un «contrato conductual» para modificar aquellas inadecuadas o que generan tensiones. «Si hay disciplina y se dan cuenta de las consecuencias, luego ves los cambios», decía. «También es importante que los padres reflexionen sobre su comportamiento y no hagan cosas que a ellos les critican, como estar todo el rato con el móvil y no conversar».
Desde que empezó a prestar este servicio en Canet la pasada primavera, Antoni no sólo ha contribuido a «pacificar» muchos hogares. También ha intervenido en dos casos que han acabado en la Fiscalía: Uno por violencia filioparental y otro de peleas que pudieran enmascarar un acoso escolar. El primero incluía desde agresiones verbales a robos en casa y consumo de cannabis que acabaron con una orden de reclusión en un centro de menores. El segundo estaba ligado a «disputas en fiestas a las que algunos padres restaban importancia, pero la tienen y deben abordarse», afirmaba.
Precisamente, tras las últimas noticias registradas a nivel nacional sobre acoso escolar, ha detectado un aumento de las consultas recibidas ante cualquier indicio si bien, de momento, nada más ha pasado de las sospechas.
