El mensaje lanzado por el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) en la Comisión Europea sobre las desastrosas repercusiones en Europa que tendrían las afecciones provocadas por el cambio climático en la cuenca mediteránea han calado en el seno de los responsables de la investigación europea, que estarían a punto de proponer una intervención a gran escala para reforestar toda la fachada litoral.

El detonante de este clima institucional, proclive a la intervención, ha sido la evidencia de que la intensidad y frecuencia de las inundaciones veraniegas en centroeuropa y la torrencialidad de la lluvia en las islas Británicas ha aumentado, como reflejaban desde hace años los "modelos" elaborados por el CEAM. El suceso desencadenante de las variaciones del clima que se intuyen sería el cambio de uso del suelo en la fachada mediterránea y su primera consecuencia la pérdida de tormentas experimentada en el litoral mediterráneo.

De momento, el CEAM no tiene constancia de que existan programas de reforestación concretos, aunque ven una buena señal en que la la Unión Europea haya acudido a la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Cancún (COP 16) destacando, dentro de sus programas de Investigación, los trabajos del programa CIRCE, incluido dentro del VI Programa Marco europeo.

Dentro del apartado "Regional Adaptation" se recoge la informacion que el CEAM aporta al CIRCE a través de su liderazgo en una de las líneas de investigación abiertas y otras actuaciones, a peticion de la misma Comision Europea, sobre el ciclo del agua en la Cuenca Mediterranea.

En concreto los investigadores del CIRCE admiten que la pérdida de tormentas en el Mediterráneo no solo tiene una incidencia en el régimen de sequías en este área, sino que la acumulación de vapor de agua sobre el mar desencadena fenomenos extremos a muchos kilómetros de distancia. Se trataría de fenómenos "locales" agravados por el cambio climático con una clara incidencia "regional" e incluso "global".

Una solución para frenar este desequilibrio, propuesta por la propia Unión Europea, sería la reforestación masiva de toda la cuenca mediterránea, incluida Europa, norte de África y Oriente Medio. Además de recuperar el régimen de tormentas aportando la humedad necesaria y de este modo restituir el régimen hidrológico, los árboles evitaría nuevas y súbitas pérdidas de suelo provocadas por las lluvias torrenciales, mitigarían las inundaciones y crearían empleo, además de capturar CO2, responsable del efecto invernadero. El problema, pese a la creciente evidencia científica viene del lado de la financiación.

Europa buscaría fórmulas para propiciar la intervención de grandes corporaciones financieras que podrian obtener rendimiento en el mercado de emisiones de CO2 o por otras vías, según explicaron fuentes solventes conocedoras de los entresijos de Bruselas.