Apenas unas horas antes de que la tierra temblara en Japón y comenzaran los problemas en el complejo nuclear de Fukushima, el Gobierno concedía unas prórroga de 10 años-una renovación en términos técnicos- de la licencia de la central nuclear de Cofrentes. Así lo ha admitido el Ministro de Industria, Miguel Sebastián, aunque lo cierto es que la resolución todavía no se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado.

Los sucesos de Fukushima, todavía por evaluar, aunque situados por el momento tan solo un escalón por detrás de Chernóbil, van a obligar a revisar la seguridad de todas las centrales nucleares del mundo. También la de Cofrentes, pese a que la planta ya tenía un buen puñado de "deberes" que cumplir sin necesidad de Fukushima.

La propuesta de dictamen técnico fue presentada al Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el 19 de enero de 2011, acompañada de 36 informes técnicos especializados, elaborados por las direcciones técnicas del CSN durante el año dedicado a la evaluación de la solicitud. En la decisión final contarán también los resultados de las 267 inspecciones a la central realizadas en los últimos diez años por los inspectores del CSN, uno de los cuales permanece desplazado permanentemente en la central.

Para el nuevo periodo de 10 años que comienza ahora, el CSN estableció 9 límites y condiciones a la autorización y forzó el establecimiento de 14 instrucciones técnicas complementarias (ITC).

La realización de los denominados "stress tests" europeos podría convertir en papel mojado las exigencias del CSN, aunque resulta llamativo que algunas de las exigencias previas podrían relacionarse con algunos requisitos -más resistencia sísmica, protección frente a inundaciones internas y externas, venteo del hidrógeno de la contención y refuerzo de la instrumentación- que probablemente se impongan en la era post Fukushima.

Entre las acciones de mejora solicitadas figura, entre otras, el estudio de "posibles medidas adicionales para la protección de la contención frente a accidentes severos".

Preocupan las inundaciones

El CSN pide una revisión del Análisis Probabilístico de Seguridad (APS), en lo relativo a los "escenarios" sobre "inundaciones internas e incendios". Preocupa que la central no pueda dirigirse a la condición de "parada segura" en caso de que se inunde, bien por rotura de alguna tubería bien por que hubiera que inundar la contención en caso de un accidente "severo". Cofrentes deberá analizar y en su caso introducir mejoras para que una inundación de la sala de control no impida el correcto manejo de la central.

La posición del CSN es radicalmente contraria en lo referente a las inundaciones externas. El CSN acepta los cálculos y la metodología empleada por Cofrentes para evaluar el riesgo. Según este estudio, frente a las máximas lluvias torrenciales, la máxima avenida probable, "la rotura de presas" o "la rotura combinada de presas" el efecto "más negativo" sería la pérdida por inundación del parque de 400KV. Teóricamente a Cofrentes le quedarían disponibles dos líneas auxiliares y los grupos electrógenos antes de quedarse sin suministro eléctrico, el peor escenario posible, según se vio en Fukushima

El CSN quiere que en los próximos meses Cofrentes mejore los sistemas de filtración postaccidente, que realice un análisis de la funcionalidad y ejecución de las modificaciones que se deriven del "sistema de venteo de purga de contención" y que estudie posibles mejoras "en el control del hidrógeno de la contención", el gas responsable de las explosiones registradas en Fukushima.

Además, el CSN exige una actualización de los estudios de Análisis Probabilístico de Seguridad de sucesos externos y de los "margenes sísmicos" para garantizar que las modificaciones realizadas en la planta "no han reducido su margen sísmico". Y añade la exigencia de que se revise el estudio de seguridad de la central para incluir explícitamente las bases de diseño relativas al emplazamiento.

Por último, emplaza a Cofrentes a que demuestre que los Paneles de Parada Remota -la central dispone de una sala de control situada fuera del emplazamiento- satisfacen los criterios de diseño aplicables en caso de un disparo del reactor sin inserción de las barras de control", que constituiría uno de los peores accidentes posibles en Cofrentes.

Menos dosis para

los trabajadores

Entre los condicionantes impuestos al CSN y condicionados a la prórroga de la licencia, sobresale el de que antes del 1 de agosto de 2011 , la central de Cofrentes deberá realizar "una revisión del Plan Director de Reducción de Dosis -referidas siempre al personal de la planta- "que incluya objetivos cuantificables para cada una de las tareas concretas establecidas en dicho plan y antes de 1 año desde la Renovación de la Autorización Cofrentes realizará una auditoría independiente de su programa ALARA", destinado a recibir las dosis "tan bajas como sea razonablemente alcanzable". Dentro del cruce de documentación e informes en el que se sustenta la autorización favorable a la prórroga, dice el CSN que su valoración "difiere considerablemente" de la que realiza Iberdrola. Las dosis que reciben los trabajadores "constituyen motivo de preocupación y seguimiento por parte del CSN, que ha requerido a Cofrentes en 2004 y 2009 el análisis y la elaboración de planes ante la situación desfavorable de la evolución de estos parámetros". j. s. requena