La Organización Mundial de la Salud (OMS) admite más de 70.000 muertes adicionales provocadas por la ola de calor de 2003 en Europa. El sistema sanitario colapsó en países como Francia y pensar qué hubiera ocurrido en países con menos recursos sociales y sanitarios roza lo apocalíptico.

José Vicente Martí Boscá, doctor en medicina y cirugía, jefe de la Unidad de Sanidad Ambiental de la de la Generalitat Valenciana y presidente entre 2001 y 2010 de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental, ha dirigido el informe 'Cambio global España 2020/2050. Cambio Climático y Salud' en el que han participado decenas de especialistas y que pretende anticipar los problemas que el Cambio climático provocará en la salud de los españoles.

El experto en salud ambiental recuerda que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático concluyó su reunión en Valencia (2007) asegurando que "el calentamiento del sistema climático es inequívoco" y que una de sus consecuencias será, en el caso de España, "un aumento de los riesgos derivados de las sequías, precipitaciones extremas y olas de calor". Todos los informes señalan a la Península y en especial a su costa mediterránea como una de las zonas más vulnerables.

El proyecto 'Cambio global España 2020/2050. Cambio Climático y Salud' ha reunido a los mejores expertos en clima, alimentos, agua, eventos extremos, contaminación atmosférica, olas de calor, polen y alergias, radiaciones ultravioletas, vectores (animales capaces de transmitir enfermedades) y les ha emplazado a identificar las modificaciones previsibles del clima y su impacto sobre la salud.

"A partir de los posibles efectos provocados por el cambio de clima hemos querido identificar los riesgos para la salud derivados del calentamiento como las muertes prematuras provocadas por las olas de calor o eventos meteorológicos extremos, los cambios en el régimen hídrico o la extensión de algunas enfermedades producidas por vectores desplazados a hábitats nuevos, etc", explica José Vicente Martí.

Olas de calor

Uno de los problemas más evidentes que se viene encima de los responsables de salud es el derivado del aumento de la temperatura y del incremento del número y la intensidad de las olas de calor, aunque no el único. Algunos modelos del cambio climático anuncian aumentos de temperatura de entre 3 y 5 grados para el período 2041-2070 y de entre 5 y 8 para 2041-2070. Además, el aumento de las temperaturas máximas será más notable en los meses de verano que en invierno.

María José Estrela, del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo y autora del apartado sobre Eventos extremos cita informes que cifran en 13 los días de temperaturas extremas veraniegas para el período 2021-2050 y en 40 para el comprendido entre 2070 y 2100 mientras la estadística entre 1961 y 1990 solo contabiliza dos días por año de media de temperaturas extremas.

Los expertos subrayan que aunque se produzca una cierta aclimatación del organismo, la magnitud de estos incrementos provocará un número suplementario de muertes.

Un estudio europeo citado por la OMS estima un aumento del 2% en la mortalidad de ciudades del norte y de un 3% en las del sur de Europa para cada grado que aumente la temperatura aparente (una mezcla de calor y humedad) por encima de un valor umbral que varia de una ciudad a otra).

Una de las tareas pendientes, añade Martí, es 'identificar ' esos valores umbrales a partir de los que se dispara la mortalidad.

Según el estudio EuroHEAT, en Valencia esa temperatura se situaría en torno a los 39,9 grados centígrados mientras que en ciudades como Londres el umbral se sitúa en 27,1 grados.

En las nueve ciudades europeas analizadas en el programa EuroHEAT (Atenas, Barcelona, Budapest,Londres, Milán, Munich, París, Roma y Valencia) se han estimado incrementos de mortalidad durante las olas de calor de larga duración y alta intensidad que van desde el 7,6% al 33,6% en la población mayor de 65 años.

En este estudio, el incremento de la mortalidad para el segmento de población citado oscilaría en el caso de Valencia entre el 8,5% para una ola de calor media y un 14% en las de mayor duración e intensidad, con una incidencia mayor de las muertes por enfermedades respiratorias, que de las originadas por problemas cardiovasculares o cerebrovasculares. Personas mayores, niños y trabajadores son, según identifica el estudio dirigido por José Vicente Martí, la población más expuesta.

Otros impactos

El aumento de las temperaturas y las las de calor no son sin embargo las únicas consecuencias del cambio climático que pueden afectar a la salud. Fenómenos extremos como sequías y riadas serán más frecuentes y con ellos, además de las muertes directas, habrá alteraciones en la salud mental de las poblaciones afectadas: depresión, ansiedad, estrés postraumático.

Otros problemas previsibles se concentran en el agua y los alimentos. El aumento de las temperaturas puede multiplicar los brotes de contaminación en aguas de baño consumo y enfermedades como la salmonelosis y otras de origen alimentario. Se espera un incremento de las intoxicaciones y un aumento de episodios vinculados a la aparición de algas tóxicas en el mar y toxinas en peces y moluscos de consumo habitual.

Otros efectos del cambio climático identificados en el informe son los vinculados a la contaminación atmosférica. Ferran Ballester, Coordinador del Área de Ambiente y Salud del Centro Superior de Investigación en Salud Pública de la Generalitat Valenciana avanza en su informe que existe un cierto consenso en considerar que el cambio climático "tiene el potencial de incrementar las exposiciones a concentraciones elevadas de ozono y otros contaminantes como las partículas finas" con probado impacto sobre la salud.

Se espera también un aumento de la producción de polen y esporas, con cambios en la intensidad y distribución geográfica de la producción de polen alergénico, con incrementos de las enfermedades alérgicas respiratorias. Habrá también un aumento de la exposición a l radiación ultravioleta que se traducirá en más cánceres y enfermedades de la piel, cataratas, daños oculares, etc.

Ante estos datos y previsiones , los ministerios de Salud y Medio Ambiente han constituido el Observatorio Español de la Salud y el Cambio Climático que en opinión de José Vicente Martí debe ser el 'elemento central' que proponga las acciones que deben adoptarse.

"Esto no puede quedarse en los papeles. Debemos lanzar al Sistema Nacional de Salud propuestas concretas y empezar a trabajar en la mitigación y adaptación a lo que viene", concluye José Vicente Martí.