El Ministerio de Fomento ha remitido unas instrucciones técnicas internas para «disminuir el presupuesto de todos los contratos de servicios y explotación vigentes, en un porcentaje medio del 20% —aunque en algunos aspectos se podrá llegar al 50%—» aunque el departamento que dirige Ana Pastor exigirá que se siga «manteniendo en todo caso la vialidad y la seguridad vial con niveles similares a los actuales». En la época de los recortes, el Ministerio de Fomento persigue la máxima de hacer más con menos aunque, en el caso del mantenimiento de carreteras, eso signifique que se pueda ver afectada la seguridad vial.

Porque se parte de una drástica reducción, en apenas un año, del presupuesto destinado a la conservación y mantenimiento de las carreteras del Estado en la Comunitat Valenciana. De los 63,8 millones presupuestados en 2011 se ha reducido a los 47,5 millones en 2012. Y la previsión es continuar reduciendo el presupuesto en los años siguientes a los 35,3 y los 38 millones en los años siguientes, según el desglose de anualidades de los presupuestos.

Entre los recortes del servicio, las empresas concesionarias repintarán las marcas viales de carretera cada dos años y la limpieza o actuaciones en el «firme o barreras» de las carreteras se podrán reducir hasta un 40%» aunque, eso sí, «teniendo como objetivo la mejora de la seguridad vial con medidas de bajo coste». Otros aspectos que se podrán reducir son la vigilancia nocturna en carreteras convencionales, aunque no se podrá adoptar en caso de «circunstancias meteorológicas adversas o altas intensidades de tráfico». Eso sí, «la atención a accidentes e incidencias» deberá ser «con un nivel de servicio similar tanto en la señalización como en la reposición de barreras o señales». El servicio de vialidad invernal también se podrá reducir «entre un 10% y un 20%». El recorte más acusado se producirá en los «inventarios y reconocimientos del estado de la carretera» que podrán reducirse hasta «el 50%, aunque no debe afectar a las inspecciones exigidas por contrato».

Esta reducción en la conservación se une a los problemas de seguridad vial en las siete carreteras en obras en la Comunitat Valenciana (algunas muy transitadas como la A-3 y la V-21) que han recibido 36,3 millones de euros de presupuesto en 2012. Una cantidad «insuficiente», según ha denunciado la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana, que obliga a dilatar las obras «hasta 2014 o 2015» lo que «dilata en contra de la eficiencia, la eficacia, los rendimientos óptimos y la productividad que se debe exigir en la obra pública».

La Asociación Española de Carretera también alerta en un informe sobre el «peligroso deterioro de la red, que puede aumentar la siniestralidad. El estado actual de conservación de las carreteras españolas ha empeorado hasta situarse en niveles que no se registraban desde los años 80. Hay que reponer 325.000 señales y repintar 50.000 km de marcas viales en toda España», advierten.