El perfil de preferentista del que se nutrían los bancos para endosar sus temidas participaciones era habitualmente gente sin ningún tipo de conocimiento de la banca; personas, muchas de ellas ancianos, que desconocían el significado de aquello que firmaban al depositar su confianza en empleados o directores de las sucursales donde llevaban desde hace años todos sus ahorros. En algunos casos iban más allá e incluso se aprovechaban de personas que ni tan siquiera estaban capacitadas mentalmente, como es el caso de José Gimeno, enfermo de alzhéimer desde 2005 y que en 2009 suscribió 12.000 euros en participaciones preferentes en una sucursal de la CAM en Valencia.

No contentos con engañar a este anciano, que en la actualidad tiene 83 años, también le hicieron firmar otro paquete de participaciones a la esposa de éste, que falleció el pasado mes de julio a los 82 años. «Les metieron unas preferentes a mi padre enfermo de alzhéimer y a mi madre, que por desgracia ya ha muerto», critica José, uno de los dos hijos del matrimonio supuestamente estafado

«Mi madre murió creyendo que tenía todos sus ahorros en un plazo fijo, nunca supo la verdad, que la habían engañado», asegura José. «Si le llego a decir que los ahorros de toda su vida están intervenidos, y con la enfermedad de mi padre, me la cargo allí mismo», explica el hijo sobre los motivos por los que no llegó a decirle a su madre que había perdido todos sus ahorros.

Para colmo, cuando intentaron sacar algo de dinero de la cuenta de su padre para pagar las exequias del funeral de su madre, el banco se negó a entregarles cantidad alguna al alegar que era una persona incapaz y no podía disponer de sus bienes hasta que no tuviera un tutor reconocido. «Es increíble, le hacen firmar un documento estando enfermo de Alzheimer y luego reconocen que está incapacitado», se pregunta uno de los hijos. «Le bloquearon todas las cuentas y no nos dejaron sacar ni 3.000 euros para enterrar a mi madre. Ahí me di cuenta que había mala fe por parte del banco», critica duramente este mismo familiar.

Además, los hijos del matrimonio de ancianos sostienen que la directora de la sucursal de la CAM de Valencia donde suscribieron las preferentes sabía de la situación de sus padres y que eran unos simples pensionistas que apenas podían costear los cuidados que requería su enfermedad. José Gimeno cobra una pensión de 546 euros al mes, mientras que su difunta esposa cobraba sólo 368 euros mensuales. «Con esto no llegaba ni para cubrir los gastos y pagar a la chica que cuidaba a mi padre», asegura el hermano mayor.

Pese a todo ello y aprovechando la confianza de estos clientes habituales de la sucursal bancaria, en julio de 2009 les hicieron firmar sendas suscripciones de participaciones preferentes de la CAM. Por aquel entonces José Gimeno ya sufría «demencia de tipo Alzheimer avanzada en seguimiento desde octubre de 2008», según consta en un informe de la Conselleria de Sanidad. «Padece la enfermedad desde 2005 pero en 2008 ya estaba muy avanzada y no podía ni escribir. La firma que aparece en el documento es un simple garabato», afirma José.

Dicho garabato, según la carta que emitió la entidad bancaria a sus preferentistas, «acredita que conoce el significado y trascendencia del producto contratado».

Ingresado en una residencia

Sin embargo, José Gimeno, que permanece ingresado en una residencia de ancianos de Torrent ajeno al engaño del que fue víctima, nunca fue consciente de aquello que firmaba, según aseguran sus hijos. «Pero si no sabe ni quién es él, ¿cómo va a saber lo que son las preferentes?», afirman.

Fueron ellos los que se percataron en 2011 que el banco había engañado a sus padres cuando la madre hizo un comentario sobre sus cuentas. «Tengo un plazo fijo que me da más», le dijo a su hijo. Ahora ambos hermanos se han propuesto recuperar el dinero que pertenecía a sus padres y que el banco les arrebató con engaños. «Es una estafa en toda regla», aseveran. Para ello previamente tiene que concluir el proceso de incapacitación judicial del enfermo y una vez el hermano mayor tenga la tutela de su padre presentarán una demanda conjunta.