Son casi invisibles en el plano público, pero actualmente hay entre 4.000 y 5.000 judíos en la Comunitat Valenciana. La implantación oficial se realiza en torno a seis sinagogas. En Valencia hay cuatro: la Comunidad Israelita de Valencia „ortodoxa y de tradición sefardí„, la Asociación Cultural Aviv „masortí y de raíz askenazí„, una sinagoga ultraortodoxa de escasísima presencia y la pequeña comunidad de La Javurá. También hay otros dos lugares de culto judío con sede en Alicante y Benidorm.

Una de las voces más representativas del orbe judío valenciano es Isaac Sananes, presidente de la Comunidad Israelita de Valencia. Sorprende cuando lamenta en voz baja cómo recibe llamadas insultantes „«perro judío»„ o se encuentra con pintadas cerca de la sinagoga „«Judío y orgulloso»„. El odio y las suspicacias, asegura, proceden del desconocimiento a este mundo abrazado por algunos valencianos.

El proceso no es sencillo. Solo se es judío de nacimiento si la madre es judía. De lo contrario, hay que convertirse. Y el procedimiento no es sencillo. El aspirante abre un expediente y comienza a estudiar un programa con las enseñanzas judías. De normas de convivencia al estudio de la Biblia o los más de 600 preceptos de la Torá con el fundamento principal: «No desees para el prójimo lo que no desees para ti». «No conozco a nadie que haya tardado menos de dos años en el estudio de todas esas enseñanzas», confía Isaac Sananes.

Una vez preparado „y adaptado a la dieta judía, al respeto al descanso del Sabbath [sábado] o a la circuncisión en el caso de los hombres„, el aspirante se enfrenta a un examen final donde se determina si los conocimientos y la actitud del candidato son los adecuados. Comparece ante un Tribunal Rabínico llamado Beit Din „el pretendiente debe desplazarse a Israel o esperar a que un tribunal itinerante pase por España„ y, si supera la prueba, recibirá un certificado de judaísmo.

Cuenta el presidente israelita que, en el último lustro, su comunidad judía de Valencia ha preparado para la conversión a una quincena de personas. Ahora hay cuatro o cinco aspirantes en el proceso. Su sueño es ser judío. Un crimen en la Valencia de hace seis siglos; un duro trabajo hoy.