Más de tres meses después, el presidente Alberto Fabra se presentó ayer en las Corts para someterse a la sesión de control. Faltaban dos minutos para las 10 cuando entró en el hemiciclo, con la exconsellera Milagrosa Martínez sentada ya en la bancada popular. Ella lo miró con desparpajo; él, con el rabillo del ojo. El morbo de la sesión se acabó ahí porque luego nadie de la oposición mentó a Martínez, cuya presencia entre los populares era un desafío a Fabra, después de que el jueves de la semana pasada le reclamara con nulo éxito el escaño, tras su procesamiento por la rama Fitur del caso Gürtel. Luego se subió a la tribuna para hacer un anuncio de recorrido: «El Consell no va a prorrogar ninguna de las concesiones [sanitarias] existentes, ni va a hacer ninguna nueva».

Lo hizo en respuesta a la pregunta del portavoz de Compromís, Enric Morera, quien lo inquirió sobre si el Ejecutivo está negociando con las empresas que gestionan cinco áreas sanitarias para prorrogar ahora, antes de las elecciones de 2015, unas concesiones que vencen entre el 2018 (como el del hospital de la Ribera) y el 2025. La intención sería amarrar la prórroga de estos contratos en previsión de una eventual derrota en los comicios y la posibilidad de que un Ejecutivo de izquierdas no renueve las concesiones. La promesa de Fabra sorprendió a Morera, quien le repitió la pregunta en su segundo turno, pero también en las filas populares, donde muchos en privado abogaban por blindar (antes de que sea tarde) la gestión privada de los hospitales, una bandera del PPCV.

Morera le avanzó que Compromís, si está en 2015 en el Consell, recuperará la gestión pública de estas concesiones, al entender que sería «bueno económicamente» ya que el modelo ni es «positivo económicamente, ni para la gestión sanitaria». Pero Fabra le adelantó que no podrá hacerlo porque el rescate «puede suponer cientos de millones». «¿De dónde los va a sacar? ¿Y qué les va a decir al millón de personas que atienden esos hospitales y a los 5.600 trabajadores que quiere tirar a la calle?», lo interpeló, para añadir: «En el caso de que ustedes gobiernen no harían nada con las concesiones y los conciertos porque saben que no se pueden cambiar. Esa es la realidad».

El síndic de Compromís lo interrogó entonces sobre si desde el Consell se han mantenido reuniones con el grupo estadounidense Centene, que pretende comprar la parte de Bankia en Ribera Salud. «No ha habido ninguna reunión oficial de este gobierno con ningún grupo americano, chino o japonés», aseveró en el turno de repreguntas el conseller de Sanidad, Manuel Llombart. «¿Y no oficial?», afinó la portavoz adjunta Mònica Oltra. Ahí Llombart no contestó.

Fabra afrontó la sesión de control intentando hacer valer su «firme compromiso contra la corrupción». Pero, con Martínez en la bancada popular, arreciaron las ironías desde la oposición. El portavoz adjunto Rafael Maluenda acalló las burlas forzando una ovación en medio de una frase del presidente. La oposición, con todo, no se ensañó con la exconsellera y dirigió sus torpedos al jefe del Consell y al titular de las Corts, Juan Cotino.

La «excusa» para las primarias

El síndico socialista, Antonio Torres, le reclamó que convoque elecciones anticipadas aprovechando las europeas porque ha «fracasado» al llevar a la «ruina» a la Generalitat y no ha conseguido «desligar» la imagen de corrupción de la C. Valenciana. Pero dio un paso más: «Si la Gürtel saqueó la C. Valenciana fue porque contó con la complicidad de innumerables cargos del PP, incluso a usted se le relaciona con pagos en 'b' a la trama». Y lo emplazó a «aclarar» esta cuestión. «La presidencia de la Generalitat y de las Corts están en entredicho», aseveró, para agregar: «El PP ganó con trampas. Usted carece de legitimidad para seguir gobernando».

El jefe del Consell replicó que «estamos mejor que hace un año», reiteró que no habrá elecciones anticipadas y reprochó al PSPV que las pide como «excusa» para celebrar sus primarias a la Generalitat. También anunció que el Portal de la Transparencia se pondrá en marcha a principios de abril. Apenas dos horas después, el PP rechazó crear una comisión para investigar el uso de fondos de caja fija del Consell, a la que se cargan sin control desde productos gourmet a viajes.