El pasado 11 de noviembre Juan Manuel Moreno cumplió 50 años y su familia, con su mujer Consuelo Cervera al frente, decidió organizarle una fiesta sorpresa en la que en total se juntaron unas 70 personas. Consuelo propuso a los invitados obviar los regalos y hacer una aportación económica para donarla a una ONG. «Decidimos que si alguien quería hacer un regalo, íbamos a hacer una donación a Médicos Sin Fronteras (MSF) y a la investigación al alzhéimer, porque mi madre de 76 años está en un estado muy avanzado de la enfermedad», explica Consuelo.

La idea la cogió del cumpleaños de un amigo de Manuel, que donó lo recaudado en su aniversario a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). La acogida entre sus conocidos fue buena; «la inmensa mayoría dio una donación» y consiguieron recaudar 1.200 euros, de los que 600 fueron a MSF y otros 600 (más 400 que aportaron los Moreno Cervera), acabaron en el Instituto de Biomedicina que dirige Jordi Pérez Tur.

De esta manera, se aseguraban que el dinero estaría bien invertido. «Muchas veces recibimos regalos y muchas cosas que no nos hacen ninguna falta», lamentan.

«Al no ser una ONG, no teníamos un número de cuenta y no sabíamos dónde dirigirnos; fue un poco complicado... Pero pregunté a la Asociación Valenciana de Familiares de Alzhéimer y me pusieron en contacto con el doctor Tur», explica. Así, el 14 de marzo firmó un contrato con el CSIC y se realizó la transferencia del dinero.

Esta vecina de València natural de Chulilla, explica que el alzhéimer es «una enfermedad muy pesada y triste» y reclama más ayuda para las familias. «Desde 2013 hemos solicitado la ayuda a la dependencia y mi madre no ha recibido nada», lamenta. «Estas personas necesitan asistencia las 24 horas del día», añade.

El coordinador institucional del CSIC en la C. Valenciana, José Pío Beltrán, destaca «la importancia de gestos como el de Consuelo Cervera porque son un reflejo del gran valor que la ciudadanía confiere a la labor investigadora».