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Xàtiva

El barrio del Carmen se queda sin ayudas a la rehabilitación por falta de solicitudes

El Pla Impuls de Xàtiva no logra el objetivo de regenerar el distrito y paliar la aluminosis - Las más de 100 intervenciones del programa de ayudas que tramita el ayuntamiento se ciñen al casco antiguo

El barrio del Carmen se queda sin ayudas a la rehabilitación por falta de solicitudes

Año 2006. La Conselleria de Vivienda presenta un plan de choque dirigido a incentivar la regeneración del barrio del Carmen de Xàtiva. Van a rehabilitarse 192 pisos, la mayoría con problemas estructurales de aluminosis. De la inversión, al final, únicamente llegó a completarse el 25 %: la fase piloto centrada en un bloque de 40 viviendas de la calle Lluís Vives. El resto se volatilizó. Puro humo.

Año 2016. La consellera Mª José Salvador firma un convenio con el Ayuntamiento de Xàtiva que abre la puerta a una inyección de hasta 4,5 millones de euros en ayudas a la rehabilitación al alimón con el Ministerio. Esta vez son 100 las viviendas que se pueden beneficiar en dos ámbitos bien definidos de la ciudad: el casco antiguo y el barrio del Carmen. A un día de agotarse el plazo para presentar solicitudes, sin embargo, ningún propietario de este último distrito se ha acogido al Pla Impuls, enmarcado dentro del programa estatal ARRU. Y eso que el consistorio ha rebasado el tope de expendientes tramitados. El centro histórico acapara todos los fondos: al Carmen no llegará ni un euro.

El equipo de gobierno atribuye este nulo interés a la mala experiencia anterior de los vecinos con la frustrada línea de ayudas lanzada hace una década, cuando Esteban González Pons (PP) era conseller de Vivienda. «Estuvo pésimamente gestionado: no vieron ni un duro y encima Hacienda les reclamaba por no declarar las ayudas. Fue un desastre», sostienen fuentes municipales. «Los habitantes del Carmen sufrieron un programa en el que no tenían que pagar absolutamente nada y que, al final, les generó más problemas que ventajas. Por eso son muy reticentes a participar en este nuevo proyecto», opina la regidora de Urbanismo, Cristina Suñer.

El ámbito regado con los fondos del Pla Impuls se circunscribió inicialmente al núcleo de mayor protección patrimonial del casco antiguo y al barrio del Carmen. En enero de este año, el ayuntamiento amplió en un 50% la extensión de viviendas del centro histórico que podían acogerse a las ayudas para añadir a algunos barrios excluidos y alentar las solicitudes, que no terminaban de despegar.

En cualquier caso, el consistorio no arroja la toalla y mantiene contactos con la conselleria para acogerse a futuras convocatorias. No en vano, la revitalización del Carmen es un compromiso adquirido por el tripartito. Eso sí: hay que «explicarlo mejor» y «enfocarlo de otra manera», según la concejal. Tampoco se descarta reclamar una línea concreta que permita de una vez por todas desterrar la aluminosis del barrio. Esta enfermedad estructural, detectada hace 25 años, se extiende a casi 150 viviendas, algunas de las cuales tuvieron que ser apuntaladas.

El Carmen aglutina un conjunto de 13 bloques de viviendas construidas entre 1957 y 1958, donde conviven 757 personas: el 3% de la población de Xàtiva. En el distrito, especialmente degradado y deprimido, predominan los residentes de edad avanzada que subsisten con pensiones mínimas y las familias con un nivel adquisitivo bajo, especialmente azotadas por un paro estructural y una escasa autonomía económica: factores que han conducido al ayuntamiento a desplegar en el barrio un programa piloto de inserción sociolaboral dotado con 150.000 euros del Fondo Social Europeo.

La segunda fase llegó a redactarse

Del plan de rehabilitación del Carmen iniciado en 2006 llegó a redactarse una segunda fase de intervenciones en la calle Ramón y Cajal que acabó por no materializarse. La misma suerte corrieron las obras previstas sobre otros 5 bloques de 120 viviendas. Fue uno de los proyectos que dejó empantanados la extinta Ivvsaa, que iba a destinar 1,6 millones de euros. El consistorio reclamó 150.000 euros a la conselleria por los incumplimientos en 2013. Aunque muchos residentes las reivindican, la corporación se topó con que algunos vecinos se opusieron a las actuaciones o no quisieron dar datos para justificar las ayudas.

La frustrada línea de ayudas, con apoyo del Estado, incluía intervenciones en materia de ahorro energético y protección térmica de los inmuebles. El plan pretendía solucionar las patologías estructurales derivadas del uso del cemento aluminoso, reemplazando las viguetas afectadas y las tejas y desperfectos de las cubiertas. La colocación de canalones y bajantes de desagüe, la renovación y el saneamiento de las conexiones, la eliminación del cableado de la fachada y la instalación de sistemas colectivos de antenas en las cubiertas eran otras de las medidas contempladas, junto a las mejoras de accesibilidad. La Generalitat debía subvencionar un máximo de 34.000 euros por vivienda, frente a los 4.500 euros del Ministerio.

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