25 años falleros con Pere Borrego

Na Jordana inicia el ejercicio en el que celebrarán el 75 aniversario de la actual comisión, y que coincidirá con el cuarto de siglo de presidencia tras suceder al «Fallero del Siglo», su padre

Na Jordana, en el brindis por el ejercicio 2024

Na Jordana, en el brindis por el ejercicio 2024 / Na Jordana

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

«Junto a mi colectivo hemos hecho Cultura y hemos hecho Falla. Hemos creado la gran marca Na Jordana y, además, somos un referente de la fiesta. Ahora, con la voluntad de ser, que nos caracteriza, iniciamos el nuevo ejercicio con más ilusión que nunca». Con este mensaje, Pere Borrego Pitarch ha saludado su elección como presidente de Na Jordana más especial. Este año cumplirá 25 años al frente de la misma después de una elección que no es tal, sino una simple reanudación de la vida, puesto que su nombramiento de 2024 fue para dos años.

Con una foto de grupo y un brindis, y driblando a los achaques de salud que le han afectado en los meses anteriores, llevará al frente a una comisión para la que hay doble aniversario: también celebrará los 75 años de la actual comisión. Na Jordana tiene tres líneas temporales con las que puede echar la vista atrás: las fallas en Na Jordana (con una primera referencia en 1884), la comisión (que plantó por primera vez en 1951) y las fallas de Especial, en las que tiene el récord absoluto de longevidad después de un camino que empezó en 1954. De hecho, la del pasado marzo fue la 70ª consecutiva. 

Pere Borrego llegó a la presidencia en abril de 2001 cuando su padre, Pere Borrego Galindo, con 82 años y el título de «Fallero del Siglo» bajo el brazo, cedía indoloramente la presidencia a su hijo. Hacía ya mucho tiempo que llevaba las riendas ejecutivas de la comisión junto con su particular núcleo duro, que incluye a su sempiterno escudero Julián Pastor, su hermano Vicent y otros miembros de la comisión de segunda generación. 

Cuarto de siglo complicado

No ha sido un cuarto de siglo fácil. Na Jordana es, sobre todo, competitiva, y es en este periodo cuando se ha hecho la noche económica con la entrada de otras candidatas: la irrupción o recuperación de rivales rompió el habitual binomio Na Jordana-Pilar. Y aunque logró la victoria con la «Natura Mare», Na Jordana se ha visto desplazada no tanto en la propuesta -la originalidad nunca la ha abandonado y la prueba son los persistentes premios de ingenio y gracia- pero sí del premio gordo. «Una cosa es no ganar, porque es verdad que esto ya no es cosa de dos» comentan en su comisión «pero es que desde 2003 no hemos tenido ni un podio y por ahí ya han pasado todas. Y con lo de este año lo pasó muy mal» en alusión al octavo premio. Lo mismo que en el concurso de Presentaciones, una auténtica especialidad. A cambio, en este cuarto de siglo han incorporado dos grandes señas de identidad: los belenes temáticos y la joya de la corona: el Tirant de Lletra, que de esta forma se sumando al acopio cultural que surge de Salvador Giner, 9. 

Con los 74 años de Pere o los muy disimulados 80 de Julián, consolidar la sucesión a la tercera generación es uno de los objetivos a corto plazo. 

Na Jordana sigue siendo una de las mayores marcas de calidad de la fiesta por su conjunto. Seguramente, la que más por su conjunto. En gran medida, gracias a un prejubilado de banca que nació fallero.