Una baja laboral ha dado al traste con lo que parecía un acuerdo inminente entre la exgestora de la piscina de Benetússer y el ayuntamiento. Apenas unas horas antes de que se produjese el encuentro entre ambas partes, sumidas en un conflicto que se prolonga durante casi dos años y que ha provocado el cierre de las instalaciones desde hace más de uno, la interventora municipal dejó su cargo por motivos de salud, lo que impidió que la reunión llegara a celebrarse y condenó la posible solución a «un retraso de varios meses», tal como ayer confirmó la alcaldesa, la popular Laura Chulià.

La previsión era que la semana pasada se produjese la reunión en la que consistorio y exconcesionaria debían llegar a un principio de acuerdo. El ayuntamiento, tal como Levante-EMV avanzó hace unos días, ofrecía cinco millones a la empresa —1,79 de pago inmediato— para obtener definitivamente la titularidad del recinto deportivo y poder sacar de nuevo a concurso su gestión. Según fuentes municipales, la firma veía con buenos ojos la oferta y, pese a que aún no se había cerrado la negociación, todo indicaba que se haría en breve puesto que ambas partes parecían satisfechas con la propuesta.

La idea era exponer la liquidación a los portavoces de todos los partidos presentes en el consistorio y, si estos daban su visto bueno, solicitar los informes técnicos correspondientes, sentarse a perfilar los últimos flecos con la exadjudicataria y recuperar por fin las instalaciones. Sin embargo, la baja laboral de la interventora ha ocasionado que uno de estos pasos no pueda darse de momento, ya que su informe es imprescindible para saber si la operación económica es viable o no para el ayuntamiento.

Dado que la ausencia de la técnica parece que va para largo, la alcaldesa ha optado ya por solicitar al Gobierno central «un interventor acumulado», esto es, un especialista procedente de otra administración que acudirá dos días a la semana al consistorio para encargarse de las cuestiones financieras hasta que la propietaria de la plaza se reincorpore.

«Se trata de agilizar el asunto todo lo posible, pero primero han de autorizar al interventor, luego han de nombrarlo y, después, debe llegar al ayuntamiento y ponerse al día con la situación municipal para poder emitir un informe sobre la liquidación», explicó ayer la mandataria. En total, «varios meses» de retraso que provocarán que «este verano Benetússer tampoco tenga piscina», añadió.

La propuesta que está sobre la mesa contempla que la exadjudicataria entregará el recinto deportivo y que el ayuntamiento «aceptará su estado de mantenimiento y conservación». En el lote está el aparcamiento subterráneo y la primera planta, espacios por los que pagará entre 500.000 y 700.000 euros. En total, la operación le saldría al consistorio por 6,23 millones (cinco de la liquidación y 1,3 que dio al iniciar la obra), aunque la inversión que hizo la empresa fue de 5,28 millones de euros.