Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Patrimonio

Hallan un capitel de época imperial romana en las obras de un aliviadero en Moncada

La pieza datada entre los siglos II y III pertenecería a un monumento funerario pero fue usada después para construir una acequia

Hallan un capitel de época imperial romana en las obras de un aliviadero en Moncada

Las obras para la construcción de un gran aliviadero de aguas pluviales en la calle Major de Moncada (financiadas por la Diputación de Valencia a través del programa de inversiones sostenibles), sacaron a la luz el pasado martes un capitel de pilastra de estilo corintio datado en la época imperial romana (entre los siglos II y III). La pieza „según el estudio realizado por Francisco Perua Barceló, director de la intervención; José Luis Jiménez Salvador, catedrático de la Universitat de València; y Josep Mª Burriel, director del Museu Arqueològic Municipal„ podría haber formado parte originalmente de un monumento funerario pero después fue reutilizada para la construcción de una acequia en la misma calle Major de Moncada.

Jiménez Salvador, uno de los mayores expertos sobre arqueología romana en España, ha destacado el «extraordinario interés científico» del hallazgo, y que «refleja la gran categoría y poder económico del propietario del mausoleo de Moncada».

La pieza, de unos 500 kilos de peso, ha sido localizada muy cerca de la Real Acequia de Moncada y del Ravalet, donde en 2006 se descubrieron unos silos excavados en el subsuelo y estructuras de dos casas articuladas en torno a patios que datan de los siglos XII y XIII (época almohade). El de estos inmuebles andalusíes, y otros hallazgos (como varios enterramientos de aquella época), han ayudado a datar el origen de la villa de Moncada en época musulmana.

Pero, tal como recordaba ayer Burriel, dentro del término municipal existieron como mínimo dos villas romanas: Les Paretetes dels Moros, en la partida del Bordellet y a escasos 1.000 metros del núcleo urbano; y la villa del Pouatxo, un poco más alejada de la ciudad y donde se encontró entre otras piezas, el mosaico de les Nou Muses.

Ademas de estos hallazgos, en las excavaciones de El Ravalet de Moncada en el año 2007 también se encontraron , fuera de contexto, cerámicas y tejas romanas y algún sillar antiguo. «Con estos antecedentes arqueológicos no resulta extraña la aparición del citado capitel de pilastra romano procedente de algún mausoleo de época romano imperial (ss. II-III d.C.) que está por localizar».

Aún así, y pese al hallazgo del capitel y de los anteriores restos, Burriel considera «arriesgado» adelantar el origen de la villa de Moncada a época romana. «Para hacerlo tendríamos que encontrar todavía más evidencias. De momento sólo tenemos indicios que apuntarían a que pudo haber algo anterior». Tal como señala el arqueólogo, la pieza podría tener su origen en un mausoleo cercano al lugar en el que se ha hallado, pero también podría haber sido trasladada desde otro lugar (como las villas de les Paretetes o del Pouatxo) para la construcción de la acequia.

Burriel también destacó ayer que el hallazgo ha sido posible gracias a que las obras del aliviadero «se hacen desde el primer momento bajo control arqueológico al situarse éstas dentro del área de Vigilancia Arqueológica que tiene delimitada el ayuntamiento de Moncada desde el año 2007». «El hallazgo de este capitel nos confirma la importancia del patrimonio de Moncada y nos indica que debemos seguir apostando por el cuidado y la investigación de nuestra historia», añadió el experto.

Caliza de Alcublas o Sagunt

El estudio de los expertos indica que del examen realizado in situ, se constata que el material empleado para hacer el capitel es la piedra caliza azul de Alcublas o Sagunt. «Como detalle interesante hay que apuntar que el sumoscapo (la parte superior) del fuste de la pilastra está tallado en el mismo bloque que el capitel», apunta Burriel. Se conservan cinco estrías y seis acanaladuras cóncavas.

El estudio señala que la decoración se compone de una corona de hojas en la base del capitel: «Se observa dos hojas completas y la mitad de otras dos que se sitúan en los extremos. En principio, parece apreciarse que las dos hojas presentan la clásica división en cinco lóbulos con nervaduras muy marcadas. Entre estas dos hojas se dispone otra de la segunda corona de la que sólo se aprecian tres lóbulos. Del espacio que queda entre la hoja completa y la media situada en el extremo derecho arranca un caulículo (tallo que nace del interior de las hojas de acanto del capitel corintio) y otro caulículo se dispone entre la otra hoja completa y la otra media hoja. De ambos caulículos arrancan los cálices y las volutas, de los que no se aprecia detalle decorativo alguno».

Compartir el artículo

stats