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Torrent

«Queremos que este barrio se revitalice»

Una nueva directiva de la AVV Ramón y Cajal de Torrent reclama al consistorio un plan integral para mejorar este núcleo

El presidente con tres de los directivos, en la calle del Crist. l. sena

Un elevado porcentaje de viviendas cerradas y abandonadas, junto a un envejecimiento creciente de la población son los principales problemas a los que se enfrenta el barrio de Torrent que queda delimitado entre las calles Gómez Ferrer, Ramón y Cajal y València.

Así lo ha diagnosticado la nueva dirección de la Asociación de Vecinos Ramón y Cajal, que preside Francisco Ortí. La entidad ha iniciado diversas acciones que tienen como objetivo reclamar al ayuntamiento la elaboración de un estudio integral del barrio, a cargo de expertos en intervención urbana y social, para redactar posteriormente un plan de revitalización. «No solo se trata de arreglar dos calles o de abordar temas puntuales. Este barrio ha dejado de ser atractivo para mucha gente, especialmente para los jóvenes, cuando podría ser un lugar excelente para muchas familias. El barrio se muere y queremos que reviva», dicen los directivos.

La entidad ha recogido la adhesión de todas las asociaciones del barrio (dos fallas, dos grupos festeros y las parroquias, entre otros) además de los pocos comerciantes que quedan. Además, esta semana realizó una presentación pública a la que acudieron residentes y concejales de diversos partidos. Allí se recogieron sugerencias y propuestas.

En el caso de la vivienda, además de las numerosas casas cerradas y en estado de abandono (en algunas calles llegan al 40%), se da la paradoja de que «si alguien quiere venir a vivir aqui, tiene muy difícil encontrar una casa a precio asequible y en buenas condiciones». Por ello, apuntan que el consistorio, a través de la empresa municipal Nour Espais, podría ser mediador con los dueños. «Podrían adquirirse poco a poco, rehabilitarse para que alberguen, por ejemplo, apartamentos, y ofrecerse en alquiler», apuntan. También reclaman normas estéticas para reformar las casas ya que las intervenciones han desfigurado el barrio. Y una actuación urgente en aquellas que «están a punto de caerse y son un peligro».

Otro de los problemas es el de la movilidad. En el núcleo hay puntos peligrosos por la excesiva velocidad de los coches en la calle València, en Ramón y Cajal o el Crist. Este aspecto va unido a las barreras arquitectónicas por la existencia de aceras elevadas.

La acumulación de basuras y enseres en la calle o las numerosas pintadas son otro de los problemas. «El consistorio debería realizar un plan de choque de limpieza y aprovechar las reformas de calles para soterrar los contenedores», indican.

El objetivo final es que el barrio recupere su vitalidad como «espacio con aroma de pueblo donde la gente convive».

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