El teatro Capri de Paterna acogió ayer el debate «Les dones lideren les falles» un acto al que acudieron diferentes presidentas mujeres de fallas de municipios de l'Horta Nord como Paterna o Burjassot así como de comisiones de la ciudad de València. Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat también estuvo presente y apuntó que hay otra manera de dirigir. «Las mujeres somos más horizontales a la hora de organizar. Aunque la mitad de cargos directivos de las fallas sean mujeres, no pasa lo mismo con las presidentas, que aglutinan solo el 12 %», manifestó.
Amparo Climent, de la falla Colom d'Or de Paterna; Concha López, de Santa Micaela-Martí l'Humà, de València, y Amparo Serra, de Llibertat-Teodoro Llorente, de Burjassot, reflexionaron sobre la fiesta fallera y la mujer. Todas coincidieron en que la celebración, en general, no discrimina a la mujer ni la oportunidad de que ostenten grandes cargos.
La realidad está cambiando. Ya no es extraño ver una mujer presidiendo una comisión. Sin embargo, las participantes admitieron que al comenzar su andadura tenían miedo de «quitarle protagonismo a la fallera mayor». Pero todas han encontrado el apoyo de sus comisiones.
Las presidentas miran al futuro. Hacia unas fallas que evolucionan hacia una modernidad que se mezcle con la tradición. Se imaginan el futuro «con evoluciones de material, de formas artísticas pero manteniendo las tradiciones. Ligar la modernidad con la tradición». También con una «implicación de los jóvenes para perpetuar la fiesta».
«¿Qué ingredientes necesitas para presidir una falla?», fue una de las preguntas que les lanzaron. Para Amparo Serra, «no hay habilidades diferentes que sean necesarias entre hombres y mujeres. Tanto d si eres presidente como presidentas necesitas ganas, ilusió y sobre todo mucha dedicación». Concha López coincid.: «Este cargo es para directivos que tengan tiempo y ganas. Las mujeres estamos igual de capacitadas que los hombres. Nuestra misión es sacar adelante las fallas, una tarea que conlleva muchas cosas». Amparo Climent asentía ayer: «De acuerdo con mis compañeras, el amor por la fiesta y las ganas dan el impulso necesario».
Por último, todas coincidieron en que los conflictos que se generan con los vecinos en la semana fallera son contados. «La gente, en general, es más respetuosa aunque siempre te encuentras con el vecino de turno». «También entendemos que haya gente que trabaje», apuntó Concha. Así todo, todas coincidieron en una cosa: «Los cuatro días de fallas son sagrados»
«Cabemos todos y todas»
Mónica Oltra clausuró el acto, no sin antes destacar el carácter inclusivo de la fiesta fallera. «En la que cabemos todos y todas», y rió mientras reconocía que cuando se trata de hablar de fallas «la vicepresidenta se convierte, de pronto, en una fallera enamorada de su fiesta».
