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¿Cuándo fue la última vez que soñó despierto? ¿Cuántas veces ha pensado en volver a ser un niño para desear cosas imposibles? Seguramente ya ni se acuerde de cuando quiso ser una princesa o un astronauta o en su máxima de conocer a su ídolo para hacerse una fotografía con él. Aquél tiempo pasó para usted pero no para miles de niños y adolescentes (de 4 a 18 años) que viven entre pruebas y diagnósticos médicos y que se pasan gran parte de su tiempo en el hospital.

Caja Mediterráneo y la Fundación Pequeño Deseo han logrado que ilusiones de niños enfermos de la Comunitat Valenciana se cumplan y les den fuerzas para luchar en su día a día. "Aunque los beneficiarios directos son los niños, los sueños cumplidos también ayudan a las familias", explican desde la delegación valenciana, que se puso en marcha en otoño de 2005.

Estas palabras son corroboradas por el doctor Raimundo Guerra, psicólogo especializado: "Las sensaciones de bienestar producidas por momentos de felicidad proporcionan un aumento de la beta-lipotropina teniendo su mayor exponente en la segregación de endorfinas, sustancias bioquímicas que intervienen entre otras funciones en la atenuación del dolor físico y la sedación", quién, además, añade que "la expectativa del deseo sirve para des-estresar al pequeño de la cotidiana situación".

Pero llevar a cabo estos deseos no es una tarea sencilla: "Generalmente conocemos los casos de los niños a través del centro hospitalario -los voluntarios se informan o son los propios médicos que contactan con la ONG- y, cuando se conoce el sueño, se pone en marcha", explican desde la Fundación enfatizando que "el equipo médico tiene la última palabra, tanto en el deseo como en su ejecución". Así, para mantener esa ilusión y que el pequeño no conozca "lo que traman" los médicos, sus padres y los voluntarios de Pequeño Deseo, "se organiza en secreto y al margen del beneficiario" para que "la ilusión sea mayor".

Pero también son muchos los que se ponen en contacto a través de la página web (www.fpdeseo.com). En ella, además, hay un álbum en el que se pueden conocer los sueños cumplidos desde 2000, año en el que nació la ONG.

Entre los deseos más curiosos, destacan: Ser un pájaro, un dinosaurio, conocer a Spiderman o ser una princesa. "Para cumplir este deseo llevamos al menor -de cinco años de edad- a Dinópolis" y, al conocer cómo eran los dinosaurios, el pequeño supo que "ya no quería ser uno porque le daban miedo". Estos, son sólo algunos ejemplos de los más de 1.200 sueños que se han cumplido en España, de los cuales, 350 son de la Comunitat Valenciana.

El fin no es otro que hacer feliz a los menores ya que "la sonrisa de un niño no tiene precio" pero, en ese proceso, también se logra que los agentes implicados se emocionen: "Es una satisfacción ver la cara del menor cuando disfruta de su sorpresa", explican con gran entusiasmo desde la ONG.

Apoyo de la CAM

Caja Mediterráneo apoya a la Fundación Pequeño Deseo que a su vez cuenta con dos excepcionales padrinos: Mensajeros de la Paz, organización conocida por su apoyo a los niños y ancianos y la Asociación Española de Pediatría. La Fundación Pequeño Deseo cuenta con un importante equipo humano de colaboradores y profesionales para que todo el proceso se lleve a cabo con la mayor delicadeza, respeto y profesionalidad posibles, desde la toma de contacto con el niño y sus familiares, hasta la aprobación del equipo médico o que la realización del propio deseo resulte lo más satisfactoria posible. Así, gracias a ambas entidades, los menores pueden decir: "Yo un día soñé ser una princesa y... Lo fui"