Pocos pueden presumir en el panorama asociativo de la Comunitat Valenciana de contar con un siglo de historia a sus espaldas. Unión Gremial, la histórica federación de asociaciones de pequeños y medianos comerciantes de la provincia de Valencia, celebra este año su centenario. Fundada en 1913 alrededor de comerciantes, profesionales y pequeños industriales, desde su nacimiento mostró un fuerte dinamismo en defensa de los intereses de sus asociados. En 1917 promovió la primera Feria de Muestras de Valencia, una exposición anual que pronto derivó en la organización de eventos sectoriales y monográficos y que hoy son el germen Feria Valencia. La dictadura franquista abrió un paréntesis de cuatro décadas de disolución oficial (como ocurrió con partidos y organizaciones sindicales y patronales) que no impidió que sus gremios siguieran manteniendo sus vínculos, hasta el punto de que 1977 volvió a resurgir y retomar su actividad.

Sin embargo, su estrella lucha por seguir brillando desde la década de los noventa, cuando comenzaron a abrirse hueco en España y la Comunitat Valenciana nuevos modelos comerciales basados en la concentración y los grandes operadores de superficies. Su salida de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) en 1993 ha llevado a Unión Gremial a una travesía del desierto que le llevó a impulsar su propia federación autonómica junto a pequeños empresarios de Castelló. Así nació Covaco. Hoy las relaciones con Covaco también se han enfriado por un enfrentamiento con su cúpula dirigente. Y ello pese a que la presidenta de Covaco, Encarna Sanchis, procede de Unión Gremial. Al borde de la ruptura, ambas organizaciones han sido víctimas del tsunami de la crisis económica y la acumulación de impagos de la Administración pública. Con más de 300.000 euros pendientes de cobro de la Generalitat y ahogada por falta de liquidez, Unión Gremial se ha visto forzada a lo largo del año pasado a desprenderse de toda su plantilla, que se componía de un gerente, una técnico de proyectos, otra persona de administración y una cuarta que trabajaba a tiempo parcial. En enero de 2012 dejó la organización Natxo Costa, que ejercía de gerente.

Presidida hoy por el editor Francesc Ferrer, Unión Gremial busca reinventarse una vez más, tratando de garantizar su viabilidad económica a través de los servicios que presta a sus asociados y de las cuotas ordinarias. Con la posible salida de Covaco (aún sin materializar) en perspectiva, ha retomado al acercamiento CEV, aunque su reintegro en la patronal provincial no está garantizado. Allí ocupa su espacio otra asociación de comerciantes, Cecoval, cuya presidenta Isabel Cosme tiene predicamento entre los comerciantes del centro urbano de Valencia. Esa pugna de siglas y asociaciones es la que más ha debilitado el movimiento asociativo del comercio valenciano.

Pese a todo, Unión Gremial se reivindica: «Es el instrumento válido de interlocución de los pequeños y medianos empresarios con las Administraciones Públicas „en todos los niveles, municipal, autonómico y estatal„ y el resto de agentes sociales y aspira a recuperar el nivel de reconocimiento social que la empresa tradicional ha tenido siempre entre la sociedad valenciana», afirma la centenaria federación en su memoria de actuación de 2012.