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Carcaixent declara la guerra al azufre

Advierte a los vecinos de que esta sustancia está prohibida y que no evita las micciones de los animales

Carcaixent declara la guerra al azufre

La práctica ciudadana de echar azufre en las proximidades de las viviendas, aceras, fachadas y en la vía pública para evitar que los animales domésticos miccionen sobre ellas se mantiene en muchos municipios de la Ribera, pese a que está prohibida.

El Ayuntamiento de Carcaixent se ha propuesto erradicarla. La alcaldesa, Lola Botella, ha lanzado esta semana un bando en el que recuerda que arrojar productos químicos en las calles está prohibido. El azufre en polvo, la sustancia que se suele utilizar para tratar de espantar a los animales, es un fungicida cuya eficacia sí está probada en la erradicación de ciertas plagas en el campo, pero no hay evidencia científica de que sea un método efectivo para evitar micciones de perros sobre las paredes, sostiene el bando de Botella.

Elevada toxicidad

El escrito recuerda que el azufre es un producto peligroso que puede afectar de diferente forma a la salud de las personas por su elevada toxicidad.

Además, se trata de una sustancia altamente inflamable y tiene que evitarse a toda costa su contacto con el agua. El ayuntamiento recuerda que está prohibido ensuciar los espacios públicos y que las personas que lleven animales domésticos son los responsables de su cuidado y de evitar deposiciones en las calles.

Según el bando de la alcaldesa, el Ayuntamiento de Carcaixent ha recibido una comunicación del centro de Salud Pública de Alzira en la que se advierte de las consecuencias negativas para la salud que la práctica del azufre para evitar malos olores puede acarrear.

Este verano, el entonces alcalde en funciones, Juan Albert, ya emitió un bando en el que reclama la colaboración del vecindario ante la suciedad por los excrementos de animales en la vía pública. Albert admitió entonces que los barrios periféricos están muy sucios por esta circunstancia y apeló a la concienciación vecinal para impedir la que los excrementos de animales domésticos campen a sus anchas por los espacios públicos.

El bando señalaba que la intención del ayuntamiento es concienciar al vecino, pero se advertía también a quien no colabore que la Policía Local velará por el cumplimiento del bando e informará a quienes pillen in fraganti de la vulneración de la ordenanza y en caso de reincidencia habrá sanciones, según Albert.

Ahora el bando de Botella vuelve a pedir respeto a la higiene pública. El concejal ya aseguró en su día que el ayuntamiento había recibido quejas por la suciedad. «Existe una ordenanza que tiene que cumplirse», añade Albert, que avanzó que el ayuntamiento empezará a sancionar el incumplimiento de la normativa.

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