El colegio Rafael Comenge de Alberic ha impulsado una curiosa iniciativa para poner fin a la problemática que generan las deposiciones caninas. El director del centro decidió colgar un cartel en la puerta principal en el que se muestra avergonzado por aquellas personas que dejan a los perros hacer sus necesidades en la misma puerta de la escuela. Junto al letrero también aparece una señal que recuerda que dejar los excrementos en la vía pública puede acarrear una multa económica de entre los 60 y los 500 euros.
«A quien corresponda: Me parece una vergüenza que dejen hacer las necesidades en la puerta de la escuela». Esas son las palabras que reciben a padres, madres y niños en el colegio Rafael Comenge y que manifiestan la existencia de un conflicto: «Teníamos ciertos problemas», explica el director del centro y añade «a veces desconocidos, y en otras ocasiones los mismo padres, vienen con sus perros y les dejan hacer sus necesidades en la misma puerta del centro; más de una vez nos hemos encontrado con excrementos a la entrada».
Este problema llevó a su director a colgar el cartel expresando su opinión: «Decidí colgar mi mensaje mostrando la vergüenza que esto supone, ya que aquí hay centenares de alumnos y no tienen por qué llegar a su colegio y ser recibidos por excrementos de perro». Además, acompañó el primer cartel de un segundo texto en el que se recuerda que dejar las deposiciones en la calle conlleva una multa: «Aprovechamos que el ayuntamiento había lanzado una campaña para concienciar a los vecinos y solicité el cartel advirtiendo de las sanciones que se aplican a aquellas personas que no recogen las heces de sus mascotas». Tras tomar esta medida, el propio director reconoce que la situación «ha mejorado y ya se ven menos deposiciones» frente al colegio.
Un problema conocido
Lo cierto es que esta problemática no afecta únicamente a Alberic. Son muchos los municipios de la comarca que, en lo que va de año, han puesto en marcha una serie de iniciativas para concienciar a la población de lo que es una mera cuestión de higiene y salubridad en las vías públicas. Una gran cantidad de ayuntamientos, por ejemplo, han repartido recipientes de plástico con forma de hueso donde albergar bosas de basura pequeña y así recoger las deposiciones caninas. Este dispositivo tiene, además, un gancho para llevarlo siempre junto a la cadena del perro.
