El fuego acecha la Ribera en pleno invierno

El incendio de Real obliga a desalojar a un centenar de vecinos de la Serreta

Se ha iniciado en un barranco apenas media hora después de otro declarado en Carlet que también ha podido ser controlado

«Podía haber sido desastre», coinciden los alcaldes

Alzira registró un fuego el sábado y Guadassuar otro el lunes

Los bomberos dan por estabilizado el incendio forestal de Real

Agustí Perales Iborra

Los expertos habían avisado. El riesgo de incendio ya no se limita a los meses de verano y la Ribera comprueba en pleno invierno que la amenaza es real. Dos incendios declarados con apenas media hora de diferencia en los términos de Carlet y Real han puesto a prueba este martes la eficacia de los servicios de emergencia que, en ambos casos, han evitado daños mucho más graves. La falta de lluvia, las altas temperaturas y el viento se convierten en aliados del fuego, que se propaga con facilidad en montañas y cauces por lo general llenos de maleza. Estos dos percances amplían la sucesión de incendios que, en la comarca de la Ribera, arrancó el sábado con el fuego declarado en el cauce del Xúquer que provocó que se desalojaran varios establecimientos del área comercial de Carrefour de Alzira y tuvo su continuidad el lunes con otro incendio forestal en Guadassuar.

Las primeras imágenes del incendio de Carlet asustaban. El fuego detectado por los trabajadores de una brigada contratada por el ayuntamiento para la limpieza de caminos poco después del mediodía se propagaba por una pequeña pinada. Los servicios de emergencia han movilizado rápidamente tres medios aéreos y han centrado sus esfuerzos en evitar el avance de las llamas hacia una zona con una frondosa masa forestal y numerosos diseminados y que cruzara hacia el paraje conocido como Pi de la Cabra. «Afortunadamente nos hemos salvado por la rápida actuación y por los numerosos medios que han intervenido, de lo contrario, hubiera podido ser un desastre», reconocía por la tarde la alcaldesa de Carlet, Laura Sáez, cuando el fuego parecía ya controlado. Una primera estimación apuntaba que la superficie afectada no superaba las dos hectáreas. Este martes era el primer día que se autorizaban las quemas agrícolas, aunque no ha trascendido el origen del incendio.

El incendio de Carlet en un primer momento.

El incendio de Carlet en un primer momento. / Levante-EMV

Pero lo peor estaba por llegar. Sobre las 12,30 horas se ha detectado otra columna de humo en el Barranc de l’Algoder, en el término municipal de Real, que crecía rápidamente. Un cambio en la dirección del viento provocaba que las llamas se dirigieran hacia la Serreta, un área repleta de diseminados, lo que provocó que se desalojaran a cerca de un centenar de personas que el ayuntamiento ha reunido en el salón anexo de la casa de la cultura. Los servicios de emergencias concentraron hasta ocho medios aéreos para atacar el incendio de Real que sobre las 17,45 horas se daba por controlado. El alcalde, Gerardo López, también respiraba con alivio: «Menos mal que han actuado rapidísimo, si pasa a la pinada de la Serreta Alta hubiera sido un desastre monumental». Está previsto que los vecinos regresaran a sus casas esta misma tarde.

Otro fuego arrasó seis hectáreas de monte en Alzira en enero

Los trabajos de extinción continuaban en Real al cierre de esta edición, por lo que todavía no se ha podido cuantificar la magnitud del incendio. No obstante, el alcalde reconocía que la superficie calcinada podía ser importante, a falta de la medición correspondiente cuando se haya sofocado por completo. Probablemente será uno de los fuegos más importantes que deja este atípico invierno junto al que se produjo a mediados de enero en Alzira.

En aquella ocasión, también resultó sorprendente la peligrosidad que alcanzó el incendio en una época que, históricamente no ha resultado de riesgo ya que son más propios los días húmedos y fríos. Sin embargo, una fuego descontrolado en un momento en el que la quema de rastrojos no estaba permitida amenazó el paraje de la Murta y más de doscientas viviendas, entre urbanizaciones y diseminados. 

Como sucedió ayer en Real, se desalojaron decenas de familias de forma preventiva y la evolución favorable del viento se convirtió en una aliada de los bomberos.

En aquella ocasión, las llamas arrasaron con unas seis hectáreas de monte. Queda por conocer la superficie quemada en Real. No obstante, ambos sucesos ejemplifican cómo las condiciones climáticas convierten prácticamente cualquier mes del año en un escenario propicio para la propagación de incendios forestales.