Vivimos en la «Era de la Información». Cualquier persona del mundo desarrollado puede acceder a la información y guardarla en múltiples soportes y de diferentes formas. Las teorías de la información estudian cómo hacer llegar los mensajes con mayor eficacia a un público cada vez mayor, más crítico, exigente o simplemente saturado e insensible. Las personas y las organizaciones necesitan discriminar la información para utilizarla de la mejor manera posible, pues es un recurso valioso, y encontrar o generar la adecuada información a tiempo proporciona una ventaja competitiva.

Asistimos al mismo tiempo a la «revolución del conocimiento libre», debido a la facilidad que proporciona internet para compartir contenidos (fotos, textos, vídeos, música, diseños, etc.), y al fuerte desarrollo de la conectividad, con dispositivos, personas y entidades crecientemente interrelacionados.

La edición del año 2016 del Global Connectivity Index (GCI) elaborado por Huawei analiza el progreso de la transformación digital en 50 países, que representan el 90% del PIB mundial. El estudio agrupa los países en tres clústeres con diferente nivel de desarrollo e innovación digital. Encabeza el ranking Estados Unidos, líder del clúster de países frontrunners, economías desarrolladas que impulsan la experiencia de usuario y utilizan las tecnologías facilitadoras para alcanzar una sociedad inteligente y eficiente. España ocupa el puesto 17, a la cabeza de los países adopters, focalizados en incrementar la demanda TIC para facilitar la digitalización industrial y un crecimiento económico de calidad. El tercer clúster, los países starters, encabezado por Filipinas, se centra en crear infraestructuras digitales para posibilitar el acceso al mundo digital.

El estudio identifica cinco tecnologías facilitadoras de dicha transformación: la banda ancha, los centros de datos, los servicios en la nube, el big data y el internet de las cosas. Recomienda a los países, en función del clúster al que pertenecen, adoptar políticas y objetivos de inversión basados en estas tecnologías para transformar eficientemente sus economías para la era digital.

España ocupa el lugar 33 en el Índice de Competitividad Global y el 28 en el Índice de Innovación Global, lo que no corresponde con el peso de su economía, la decimocuarta del mundo. Según el estudio GCI, un aumento de un 1% en el índice de conectividad de un país asocia incrementos de un 2,3% en productividad, un 2,1% en competitividad y un 2,2% en innovación. La transformación digital es, por tanto, una oportunidad, que precisa del liderazgo de la administración pública, de la cooperación del sector privado y de la generación de empleo cualificado para su despliegue, ofreciendo un campo de innovación en servicios que contribuirán a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

@javierIBV