Hay goles y goles. Y la elegancia en el golpeo de Álvaro Negredo para ejecutar una vaselina digna de las estrellas que caracterizan a la Champions vale 20 millones. En su caso no se realizó una puja para ver quién se llevaba el trofeo, pero nadie cuestiona el alto precio de un gol que llevó al Valencia CF directo al sorteo de mañana. Sólo se habían disputado tres minutos, pero el «7» buscó el error en el pase del lateral, mimó el esférico en la conducción antes de golpear de forma milimétrica el balón con su zurda al palo largo para crear una obra de arte. Era un golpe de autoridad. Un gol de Champions, aunque se sufrió muchísimo, más del brillante guión inicial.

Nuno respiraba y por momentos gozaba viendo cómo su equipo combinaba dándole sentido al juego. Uno se acuerda de la reflexión que Di Stefano hizo sobre Parejo cuando le ves golpear, podría jugar donde quisiera. Apostando por el interior, combinando por fuera con Rodrigo, Soso envalentonado? el AS Mónaco había quedado desactivado, sólo era el principio de una historia que cogería tintes de sufrimiento cuando Elderson, a 15 minutos del final elevaba al marcador el 2-1, tras el rimer tanto de Raggi. ¿Y ahora qué? A sufrir. Era imposible contener a los ayudantes de Nuno en el banquillo, él lo veía sin tanta expresividad, pero Lemar obligó a una gran estirada de Ryan para evitar ir a la prórroga. Sobre el césped Mustafi alentaba a los suyos y pedía cabeza, desde fuera soñaban con adelantar la zaga, temerosa a escasos metros de Ryan. Javi Fuego quería convertirse en invencible, yendo a la guerra por cada balón como si no fuera mañana.

A veces partidos en los que la locura se apodera, un contragolpe acaba significando la picadura mortal, pero no se veían esos signos. Con la tranquilidad que se podía tener de que con el tercer tanto local no caías eliminado, se miraba sin parar el electrónico para ver cómo pasaban los minutos. No era fácil. Ni el velocista Piatti lograba dejar atrás a los rivales que salían de no se sabe dónde, pero el duelo seguía sin cerrarse. Al acabar, Nuno levantó el dedo y sealó a Lim: «Es tuya», debió pensar. Sobre el césped Vezo rompió de rabia, Gayà dejó de sufrir, Javi Fuego recuperaba la respiración, Mustafi pensaba en el próximo rap a componer, Feghouli enloquecía con el fisioterapeuta Luis Pinto? Javi se subía al caballo de Negredo, todo eran abrazos, hasta que con el capitán al frente, se acercaron al fondo donde los mil valencianistas que viajaron en autobús recibían la contraprestación. Se multiplicaban los abrazos, todos se cogieron de la mano para celebrarlo con la afición y como ocurrió en Almería, Mustafi cogió el móvil y se hizo el selfie que daba continuidad al realizado en Almería, anoche, en Mónaco, el Valencia CF volvió a las estrellas.

Y Lim se abrazó con la gente.