«El Valencia CF cayó derrotado en el estadio Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid por 3-0, en un muy flojo partido de los blanquinegros, de nula intensidad y competitividad, de graves errores defensivos, de poca ambición ofensiva y de clara superioridad local de principio a fin. En ningún momento se vio al conjunto de Mestalla sobre el césped y fue una sombra de anteriores partidos». Podría ser el inicio de la crónica de cualquier periódico, para describir el descalabro sufrido por el Valencia ante el Atlético. Sin embargo, el relato parte del propio club de Mestalla, en su página web. La crónica oficial de la entidad, que habitualmente acentúa los aciertos y minimiza los errores del equipo, no ha dejado títere con cabeza. De inicio a fin, la versión del club atiza a sus propios jugadores, poniendo en duda la actitud y la ambición mostrada.

El texto difundido por el club incluía hasta elogios al rival y a su modelo de planificación deportiva, precisamente de lo que adolece el club de Mestalla: «Los locales, con el marcador a favor, todavía son más difíciles de superar. Un equipo que lleva muchos años con una idea y que tiene todo automatizado, pases, sistema y contundencia».

Durante la crónica, no se escatiman críticas a la actuación individual de algunos jugadores: «El concierto arbitral espoleó a los de Voro, que se acercaron en un centro de Parejo que Zaza, en el segundo palo, no supo acertar con el remate de cabeza. El italiano se lamentó de su fallo, porque era consciente de que podía haber hecho más».

Además, el texto no está exento de algún toque de ironía sobre la paz con la que el meta Oblak vivió el encuentro: «Munir, casi desde el centro del campo, probó la manopla de Oblak que estaba más adelantado de lo deseado. (...) Era la primera aparición del meta, muy tranquilo toda la tarde». El Valencia llega a reconocer que el resultado «podría haber sido de escándalo». «Voro no lo veía claro. Todo lo contrario. Apostó por Santi Mina y Bakkali por Enzo Pérez, con una cartulina, y Munir. Era un cambio ofensivo, pero los errores continuaban y, primero Bakkali, y después Cancelo se empeñaron en ser atacantes del Atlético».

No es la primera vez que el club carga las tintas sobre la responsabilidad de los jugadores. Meses atrás la presidenta Layhoon Chan afirmó que «no podemos marcar los goles por ellos» y el dimitido Cesare Prandelli invitó a marcharse «fuori» a los que «no sientan la camiseta».