­Ni el «glamour», ni el derroche, ni siquiera los grandes maceteros de quita y pon que decoran el circuito urbano. Nada de eso ha llegado a los barrios de la antesala de los grandes eventos donde predomina un paisaje urbano de solares degradados, colchones viejos tirados en mitad de la calle, zanjas que se eternizan, fachadas ruinosas y hasta gasolineras abandonadas. Los vecinos molestos con esta situación invitan a los responsables políticos a «pasarse, papel y lápiz en mano,» por las calles Francisco Eiximenis, José Aguirre, Ernesto Anastasio, Virgen del Puig, Francisco Cubells, Consuelo y Atarazanas para ver la otra cara de la F1, la del «urbanismo cutre». Denuncian, entre otras cosas, las deficiencias del servicio de limpieza y la práctica inexistencia de zonas verdes y el estado lamentable de las pocas que hay. El presidente de la Asociación de Vecinos Grau-Port, Jesus Vicente Andrés, corrobora las quejas. «La falta de limpieza ha sido una denuncia constante». Con las obras del Fondo de Inversión Local se ha hecho un «lavado de cara» en la parte del barrio comprendida entre la avenida del Puerto y el circuito, pero en la frontera del Grao con el Cabanyal «está todo muy abandonado».

En Mariano Cuber, una calle del Cabanyal no afectada por la prolongación de Blasco Ibáñez, proliferan los solares vacíos y degradados, algunos propiedad de Cabanyal 2010, la empresa pública encargada de ejecutar el controvertido plan especial del Cabanyal. El ayuntamiento derribó los edificios ruinosos fuera de ordenación pero la reurbanización de la calle lleva años pendiente. Los vecinos, asegura el vicepresidente de la Asociación de Vecinos del Cabanyal Vicente Gallar, lo han denunciado «mil veces» en la junta de distrito. «De aquí a cuatro días empezarán a poner jardineras para tapar la degradación», apuntó Gallart, quien lamenta que los grandes eventos «se repiten año tras año y no traen mejoras reales para los barrios del Marítimo».

La situación en Natzaret, quizás el barrio que más sufre las molestias de ruido y tráfico de la F1, tampoco ha mejorado mucho con los grandes eventos. Los vecinos denunciaron esta semana ante la Sindicatura de Greuges el incumplimiento por parte de la Conselleria de Infraestructuras del Plan de Actuaciones Urbanísticas del Marítimo que se puso en marcha en 1993 con objeto de acabar con la marginalidad y el tráfico de drogas y que no ha llegado a culminarse. Como tampoco la recuperación para uso vecinal del viejo cuartel de la Guardia Civil.

Encuesta ¿Esperan obtener beneficios de las carreras?

«El boom ha pasado»

«El año pasado fue el primer año y el primer año siempre tiene el boom», explica el encargado del famoso restaurante La Pepica, en el paseo de Neptuno de Valencia. «Aun no sabemos lo que va a pasar este año». «Nos preocupa más el lío de obras que hay ahí fuera y la crisis que la Fórmula 1, que indudablemente trae gente pero las carreras son durante el horario de restaurante». «El año pasado tuvimos la suerte de que Alonso rompió a los 30 minutos, la gente dejó de ver la carrera y se vino a comer.«Alonso tiene mucho tirón».

«A mí me beneficiará»

«Espero que sea un fin de semana importante y que venga mucho dinero a mi restaurante», comenta el encargado del restaurante Neptuno. Dice que el año pasado fue bien y cree que «aunque este año no se llene el circuito a mí me irá bien porque estoy muy cerca y me sigue llegando gente, aunque el nivel adquisitivo no sea tan alto». «El año pasado en estas fechas teníamos casi todo reservado». Hemos notado que en cuanto a reservas esta vez hay menos y si no viene Alonso pues peor, aunque yo espero que venga.

«Llenamos igual»

Los responsables de una arrocería del paseo de Neptuno afirman que «este año nos beneficiará menos porque vendrá menos gente». «No se han vendido todas las entradas y además la mayoría de los españoles venía a ver a Alonso», cuya presencia no está asegurada este año. Los hosteleros creen que la F1 no tuvo tanto «boom» como la Copa del América. «No fue lo que nos esperábamos». «Nosotros llenamos igual sin Fórmula 1». Aquí los días de las carreras no viene nadie hasta las 4 de la tarde y muchos se compran un bocadillo.

«La crisis sí preocupa»

«Yo no tengo ninguna preocupación por la F1. Venga o no, me da igual. La crisis no me la quitan los grandes eventos», comenta el encargado de un restaurante de la playa del Cabanyal. «A mí personalmente no me resuelve nada. Con la Copa del América sí porque trabajamos todos pero esto no». «Me da igual que venga Alonso, es sensacional que lo tenga Valencia pero eso no resuelve los problemas». «De momento sólo hay un gasto», añade. «Los que sí se benefician son los que están dentro del circuito que pegan unos sablazos...»