Un gran chiringuito construido sobre palos dentro del agua de Las Arenas ilustra este trimestre la revista Urbis del Consejo Valenciano de Colegios de Administradores de Fincas, que en su editorial y sin posicionarse en el conficto actual, destaca la utilidad de estos establecimientos para los valencianos y para los turistas.

Evoca la revista aquel restaurante conocido como "el pabellón flotante" en el que se servían aperitivos y comidas y bajo el que los niños buscaban lapas y clóchinas. "Nunca protestó nadie por la presencia del pabellón, que desapareció después de la mitad del pasado siglo; y es que no molestaba ni para los bañistas ni para la vista desde la arena", dice el texto.

Lo mismo ocurre, según la revista, con los chiringuitos que han proliferado después, que lejos de ser edificios de pisos, "pueden resultar útiles para los valencianos y para quienes nos visitan; son lugares de descanso, reposo y refresco, sin molestar a los vecinos del interior más próximo".

En este sentido, el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Valencia, José Vázquez Mayans, explicó a Levante-EMV que lo prohibitivo sería que hubiera música y prolongados horarios, que no es el caso. Lo que hay ahora, con sus terrazas incluidas, "no molesta a nadie" y además "es lo que ha habido siempre" en las playas de Valencia, concluye.