El Consell Agrari de Sueca y la concejalía de Medio Ambiente de esta localidad de la Ribera se han dirigido por escrito a la Consellería de Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana reclamando un tratamiento «biológico» en todo su término municipal contra «las plagas de mosquito tigre, mosca negra, pulga, etc» que «están haciendo estragos entre la población», aseguran.
Sueca inició hace dos años en su término municipal una campaña de fumigaciones terrestres en zonas de matorral y aguas estancadas donde se refugian y reproducen estos insectos.
Sin embargo, el presidente del Consell Agrari, Dimas Vázquez, aseguro que la climatología prácticamente estival que sufre la Comunitat Valenciana ha adelantado la proliferación de estas plagas y prevé que este año la fumigación terrestre «va a ser insuficiente».
Por su parte, Vicente Aleixandre, concejal responsable de la Devesa-Albufera en el Ayuntamiento de Valencia „propietario del lago„ manifestó ayer que no tenía «constancia» de plagas y tampoco de que se hubiera anticipado la eclosión de estos insectos.
«Aquí, de momento, no existen quejas y los guardas no han comunicado tampoco ninguna incidencia», aseguró.
«Nosotros promovemos todos los años, cuando la llega la temporada, dos o tres fumigaciones para la tarantella y el mosquito en colaboración con la concejalía de Sanidad y este año tenemos previsto también hacer la campaña, pero cuando llegue el momento idóneo», añadió el concejal.
Para Dimas Vazquez existe sin embargo una demanda de los municipios para que sea la Generalitat Valenciana, a través de las consellerias de Medio Ambiente o Agricultura, quien asuma estas campañas, tanto por un criterio de economías de escala como por efectividad, ya que cada municipio que no interviene facilita la aparición de un «santuario» para los insectos.
El edil de Sueca reclamó a la Generalitat que asuma de nuevo «el servicio de fumigación» que realizaba con medios aéreos en el arrozal y que desde hace unos años «ha dejado de ofrecer, lo que ha provocado infinidad de quejas y el malestar de toda la población debido a la gran cantidad de picaduras que sufren».
Vázquez aseguró ayer que las fumigaciones «no son una competencia directa de los ayuntamientos» y que espera que la Generalitat «asuma» su responsabilidad y dé una respuesta «inmediata» utilizando productos «respetuosos con el medio ambiente» debido a la presencia del parque natural.
Según el edil, son los habitantes de los núcleos urbanos de Sueca, El Perelló y Mareny de Barraquetes los que más sufren las consecuencias de estas plagas.
En los últimos años y coincidiendo en el tiempo con la desaparición de las fumigaciones masivas contra las plagas del arroz han proliferado las picaduras de insectos en todo el área de la Ribera del Júcar, desde Carcaixent hasta Cullera.
Alrededor de 200 personas son atendidas cada año en los servicios de salud de estas comarcas próximas al Júcar y a la Albufera debido a la acción de la mosca negra, un simúlido muy agresivo que necesita de la sangre humana para garantizar la reproducción de sus crías.
No existe constancia oficial de la presencia del mosquito tigre, aunque su llegada al entorno del lago „ha sido detectado en Castelló y Torrevieja„ «es cuestión de tiempo», según los expertos.
