Además de cuantificar las pérdidas, el autor de este estudio intenta aportar soluciones ya que, asegura, «si no tomamos medidas, en veinte años no quedará ni un agricultor en l'Horta». «Los geógrafos y otros profesionales del territorio deberíamos dejar de limitarnos a hacer reproches a la política urbanística y atrevernos a lanzar propuestas», señala Soriano en un comunicado para, a continuación, lanzar algunas de sus propuestas. «Primero de todo, debemos permitir que se compatibilicen usos no tradicionales en las construcciones en la huerta, desde hostelería hasta despachos profesionales. También hay que buscar fórmulas que garanticen a rentabilidad agraria, proteger la huerta y, sobre todo, incorporarla a la vida ciudadana». Pero Soriano no quiere «condenar el hipotético crecimiento futuro de la ciudad». Para ello, el geógrafo propone trasladar a la comarca del Camp de Túria la actual presión urbanística de Valencia sobre l'Horta. «El crecimiento urbanístico estaría más que garantizado si promoviésemos la densificación de las urbanizaciones del eje de la Pista de Ademuz». v. c. m. alboraia