Aseguran que las brigadas de poda del Ayuntamiento de Valencia llevan, al menos, seis años sin pasar por la misma calle que da nombre al barrio. «Las ramas invaden nuestras viviendas y además de ser molesto generan un verdadero problema porque las ratas pueden entrar en las casas, además de la falta de luz, claro», aseguraban los residentes de la calle San Marcelino, una de las principales del barrio.

Por ello, algunos vecinos no han dudado en sacar las herramientas necesarias para cortar aquellas ramas que les molestan. «Sabemos que eso no se puede hacer, pero no tenemos otra opción. El ayuntamiento no manda aquí a las brigadas de poda y estamos cansados de quejarnos. ¿Qué otra cosa podemos hacer?», afirmaba un grupo de personas, usuarias del centro de mayores.

«Todos pagamos los impuestos y todos los barrios de la ciudad deberían tener el mismo tratamiento. No sabemos con qué criterios mandan los servicios de poda... pero aquí son muy necesarios», concluyeron.