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Lluis Cerveró i Martí

Lluis Cerveró i Martí

No es la primera vez que escribo sobre una persona en particular en uno de mis artículos. Así, en anteriores escritos he hecho referencia a la necesidad de reivindicar a valencianos como José Ballester Gozalvo o Jesús Martínez Guerricabeitia. A ambos les unía, desde el prisma republicano del primero y comunista del segundo, la lucha por la libertad contra la Dictadura, desde la perspectiva de la educación y la cultura.

Ambos reflejaban esa España que quedó arrasada en los campos de batalla de la Guerra Civil y que la democracia, a la que tanto ayudaron a su retorno, solo les acabó reconociendo casi como una obligación que había que tener, otorgando a Guerricabeitia el nombre de una calle aislada, y a Ballester Gozalvo ni eso. A pesar de tener aprobada la rotulación de una calle con su nombre desde 2012 a propuesta de Esquerra Unida, son cuatro años los que han pasado, con cambio de Gobierno municipal incluido, sin que nadie cumpla dicha resolución.

Es por ello, que tras conocer la triste noticia del fallecimiento esta semana de Lluís Cerveró i Pascual, quiero reivindicar su figura para que no vuelva a suceder lo mismo, ya que él pertenecía también a esa generación de hombres y mujeres buen@s, que trazaron una trayectoria pública, en la que la lucha por una sociedad democrática e igualitaria fue troncal en toda su vida. Lluís Cerveró nació en 1940 en el barrio del Cabanyal, dos datos biográficos coincidentes con mi madre, lo que le convertía en una persona cercana en lo personal. A esto había que sumar su compromiso progresista como miembro de Acció Cultural del País Valencià y su lucha por el barrio en los oscuros años en los que se vio amenazado por Rita Barberà. Probablemente su profesión de médico pediatra hacía que le resultara fácil trasmitir una honda humanidad que todo el mundo reconocía al instante. Esa era la sensación con la que se quedaban l@s asistentes a cualquiera de las ediciones del Cabanyal Portes Obertes que se acercaban a su casa, como pudimos comprobar Marga Sanz y yo cuando visitamos su domicilio donde estaban expuestos carteles de Josep Renau. Fue ese compromiso y humanidad, lo que le llevaron a rebelarse contra los planes del Partido Popular de querer arrasar el Cabanyal prolongando la avenida Blasco Ibáñez. Por ello colaboró, sin dudar, con la Plataforma Salvem el Cabanyal en la lucha de ésta por recuperar social y urbanísticamente el barrio, trabajando para que así fuera en un futuro próximo. A l@s incombustibles amig@s de Salvem el Cabanyal fue precisamente a quien dedicó su libro El Cabanyal, per exemple (1998-2013) Crònica de quinze anys de resistència, en el que reconocía también y en su justa medida, el papel realizado por los partidos de la oposición en el consistorio, entre otros el de EUPV. Todo mi infinito agradecimiento. Por eso, ahora que ya no está entre nosotr@s, le debemos el último y mejor homenaje, consiguiendo hacer del Cabanyal el barrio que Lluís conoció y por el que tanto luchó. Descanse en paz.

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