El inefable Iglesias Turrión, que dice mi amigo Juanjo de la Iglesia, amenaza con dejar de apoyar al PSOE en los ayuntamientos y CCAA donde gobiernan, como es el caso de Valencia, entre otras ciudades- en Castilla La Mancha ya lo han llevado a la práctica- si los socialistas finalmente se abstienen en la investidura de Mariano Rajoy.

Esta posición caudillista, sin contar con las bases ni la militancia, tan asamblearios que decían ser al principio, le ha vuelto a enfrentar a su número dos, Iñigo Errejón porque una cosa son los gobiernos municipales y autonómicos y otra bien distinta es el Gobierno de España. Iglesias lo ve todo en clave nacional, salvo que los resultados le sean adversos.

Poco les importa la estabilidad, los programas de emergencia social o si se cumplen o no los acuerdos de legislatura. Hay que echar al PSOE como sea y esa es la mejor excusa que tienen para hacerlo. Así las gastan los podemitas y así actúan, a pesar de que tuvieron en su mano hacer presidente a Sánchez y prefirieron mantener en la Moncloa a Rajoy.

Si llevan esta amenaza hasta el final, servirían en bandeja un gobierno del PP en los ayuntamientos y CCAA donde ahora gobiernan ambas formaciones. De hecho, la postura de Podemos de torpedear los pactos con el PSOE beneficia, claramente, al Partido Popular . Unas nuevas elecciones darían al PP, según todas las encuestas, la mayoría absoluta con Ciudadanos y a ellos el ansiado "sorpasso" y fagocitar a los socialistas, como han hecho con IU. Así que todos contentos.

Ahora dicen que quieren un gobierno progresista y tienden la mano al PSOE, pero cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo, votaron en contra de la investidura de Pedro Sánchez. Si querían un gobierno progresista y de cambio ¿por qué no lo apoyaron entonces? ¿Por qué debemos de creerles ahora? Sinceramente, no son de fiar.