Truco o trato en Halloween: ¿qué es y a qué se refiere?

Halloween está a la vuelta de la esquina y con él la frase por excelencia de esta festividad: ¿truco o trato? Aunque en España la fiesta, que se celebra en la noche del 31 de octubre, víspera de Todos los Santos, gana cada año más adeptos, lo cierto es que la tradición norteamericana por excelencia no acaba de cuajar en cuanto a costumbres como el reparto de dulces, la realización de trastadas o el paso de los niños casa por casa en busca de golosinas.

Si los disfraces típicos de Halloween se han asentado con fuerza, ritos como el conocido truco o trato no lo han hecho tanto. Y tiene su lógica, aunque para conocerla hay que hundirse en las raíces de esta tenebrosa tradición llegada desde el otro lado del océano. ¿De dónde procede la frase truco o trato y por qué en otros países fuera de Estados Unidos no cuaja?

La expresión de Halloween

En el país norteamericano que ha exportado Halloween con éxito al resto del mundo se acuñó su famoso truco o trato en el pasado siglo. La expresión ganó fuerza a partir de los años 30 aunque no fue hasta la década de los 50 cuando se incluyó para siempre en el imaginario colectivo.

Fue en 1951 cuando la popular tira cómica 'Peanuts' representó el momento del truco o trato de Halloween y, a partir de ahí, su notoriedad no hizo sino crecer. De hecho, al año siguiente, Disney produjo otra tira cómica bautizada como 'Truco o Trato' en la que aparecía el pato Donald y sus tres sobrinos. Desde entonces, la fiesta de Halloween y la frase truco o trato están tan íntimamente ligadas que ya es imposible disociarlas y, al menos en Estados Unidos, forman una sola unidad.

Sin embargo, cuando este ritual en el que los niños acuden casa por casa en busca de dulces durante la víspera del 1 de noviembre se representó en tiras cómicas, la escena ya estaba más que asentada en la cultura popular estadounidense. ¿Por qué? ¿De dónde procedía y qué quiere decir?

Truco o trato: qué es y de dónde viene

La festividad de Halloween parece tener sus verdadero origen en un antiguo festival celta que se celebraba el 31 de octubre en Irlanda, Reino Unido, norte de Francia y Galicia, y en el que se creía que esa noche era el momento en que los muertos regresaban. Para esquivar a los fantasmas, se utilizaban disfraces y se dejaba comida en el exterior para que los espíritus pudiesen disfrutar de su vuelta.

La costumbre se extendió a la Edad Media y luego se mezcló con las celebraciones de la llamada Noche de Guy Fawkes, que conmemoraba el fracaso de la conspiración católica que pretendía volar el Parlamento inglés en 1605. A partir de entonces, los niños salían a la calle usando máscaras y pidiendo un centavo.

Más tarde, con la marcha masiva de inmigrantes de Irlanda e Inglaterra a Estados Unidos, los nuevos colonos se llevaron sus tradiciones con ellos y sustituyeron algunos elementos por otros que encontraron en el nuevo mundo, como las calabazas, que allí eran muy abundantes en esa época del año.

Tras la Gran Depresión de 1929, la situación económica en EE UU era pésima, así que muchos aprovechaban la festividad y los disfraces para realizar saqueos. Una de las teorías apunta a que aquellos años convulsos dejaron como recuerdo la famosa frase de truco o trato, en la que los participantes en la fiesta de Halloween ofrecían la posibilidad de no dañar las propiedades a cambio de una recompensa.

Eso, unido al hecho de que se acabase el racionamiento de azúcar de la Gran Depresión y a que las empresas de dulces efectuasen amplias campañas dirigidas a los niños en Halloween, acabó de disparar la costumbre y convertir la frase de truco o trato en uno de los emblemas de la fiesta.