La Pobla del Duc no tendrá Raimà este año. Las razones esgrimidas por el nuevo alcalde de la localidad, el socialista Vicent Gomar, parecen de peso: por un lado, el anterior equipo de gobierno, del PP, no había realizado gestión alguna para la edición de este año y resultaba "muy precipitado" organizar una fiesta que requiere elevadas dosis de logística. Por otro, y ése es el argumento más contundente, la celebración -en la que al estilo de la Tomatina de Buñol, cientos de personas se lanzan racimos de uva negra- tenía un coste que en algunos casos se acercó a los 40.000 euros. Por si fuera poco la Raimà no tiene quien le llore. "No hemos recibido ni una sola queja de nadie que reclame su celebración cuando hemos planteado el suprimirla; nadie", recalcó ayer.

El propio alcalde aporta datos. En la primera edición se repartieron alrededor de 90.000 kilos y en la última, en 2010, cerca de 40.000. Además, el tirón popular de los primeros años se esfumó. "El año pasado tirando uvas, dentro, habría unas 250 personas; y fuera, viéndolo, unas 1.500 máximo". Son cifras que colisionan con los balances triunfalistas del anterior equipo de gobierno, que publicitó la Raimà como una convocatoria que concita anualmente 8.000 participantes.