Dénia ve la luz

Dénia dejará pronto de tener luz de prestado. En diciembre, la compañía Iberdrola acabará las obras de la nueva subestación eléctrica. La ciudad, de 44.455 habitantes y la única de la Comunitat que con esa población no tenía subestación propia, dejará de depender de la planta transformadora de El Verger. Lograr esa independencia eléctrica ha costado la suyo. El proyecto empezó hace ya ocho años. La ubicación en suelo agrícola no convencía a nadie. Pero la compañía se ha salido con la suya y ha levantado la instalación entre los campos de naranjos de l'Assagador del Palmar. Le ha salido caro. La subestación no tiene la tipología habitual de las situadas en polígonos o en las afueras de las ciudades. Es igual que las que hay en medio de las urbes, ya que los equipos están tras cuatro paredes. De hecho, nadie diría que aquí hay un transformador de 40 megavoltioamperios de potencia. Está escondido en un cubículo que bien podría pasar por almacén agrícola. La mitad de la subestación está soterrada. Construirla le ha costado a Iberdrola 4 millones de euros. Y para que todavía pase más desapercibida, la línea de 132 kilovoltios que desde el Verger recorre hasta aquí 4 kilómetros, es subterránea. La línea sí se ha ido por las nubes en el coste, que sube a 5 millones de euros.