La Diputación de València ha comenzado una ronda de reuniones con los alcaldes de los municipios valencianos por debajo, con aquellos cuyos pueblos cuentan con menos de 200 vecinos censados. En concreto, se trata de Llocnou de la Corona en l'Horta Sud, Casas Altas, Casas Bajas, Vallanca y la Puebla de San Miguel en el Rincón de Ademuz; Estubeny, Vallés y Torrella en la Costera; Segart en el Camp de Morvedre, Benagéber en Los Serranos, Castellonet de la Conquesta en la Safor y Aielo de Rugat, Benissuera, Bufali, Carrícola, Pinet, Rugat y Sempere, en la Vall d'Albaida.

La reunión tuvo como fin explicar el nuevo modelo de inversiones para la presente legislatura. Un modelo que, como avanzó el presidente, Toni Gaspar, se basará en la simplificación para reducir burocracia administrativa; eliminará líneas de subvención en beneficio de un gran plan de inversiones; duplicará las partidas que la diputación aportará a los Fondos de Cooperación y Despoblación del Consell; y liberará técnicos provinciales para ponerlos a disposición de los ayuntamientos y ofrecer así los mejores servicios, en especial a los municipios con menor población.

Según la diputación, entre 2018 y 2019 se han invertido en estos municipios 6,5 millones de euros, lo que se traduce en un gasto por habitante de 4.000 euros en el caso de Sempere o 3.000 euros en La Puebla de San Miguel.

Se trata de una «apuesta definitiva» por la autonomía municipal ya que serán los ayuntamientos «los que decidirán en qué invierten el dinero a través de un plan bianual que les permitirá tener tiempo suficiente para ejecutar las actuaciones». Además, también se busca «acabar con el colapso burocrático a la hora de acceder a las subvenciones».