La orilla del mar se llena de pescadores aficionados. Los vecinos se las tomaron primero en las terrazas, luego dentro de bares con el aforo reducido y, desde el lunes, en las barras. Pero las cañas que han triunfado de verdad son las de pescar. Vecinos que hacía años que no disfrutaban de esa relajante sensación de sentarse en la orilla del mar y esperar a que piquen los peces han recuperado la afición a la pesca. El litoral de la comarca se ha llenado de pescadores de caña. Primero echaban el anzuelo en las franjas horarias para hacer deporte. Al amanecer, ya se apostaban en playas como la de la Marineta Cassiana de Dénia. Además, aún quedaban en el mar doradas y lubinas que se escaparon de las piscifactorías que destrozó el temporal Gloria.