Voro Contreras/Agencias, Valencia/Niamey (Níger)

Níger fue ayer el lugar donde la política, la empresa y la solidaridad se encontraron de la mano de dos valencianos. Por un lado, María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta primera del Gobierno, y por el otro Ramón Carrión, empresario nacido en Dos Aguas y vecino de l'Eliana.

La primera ha acudido al país africano para participar en el III Encuentro de la Red de Mujeres por un Mundo Mejor, y el segundo lleva doce años al frente de una empresa dedicada a la recolección y exportación de chufa que da trabajo, directa o indirectamente, a cerca de 4.000 mujeres del África Occidental.

"Ha sido una visita muy agradable -relataba ayer Ramón Carrión por teléfono a Levante-EMV-. Estamos orgullosos y emocionados de que la vicepresidenta haya podido conocer lo que estamos haciendo aquí, del trabajo que estamos dando a tantas mujeres. Y ella se ha mostrado encantada de encontrar una empresa valenciana llevando a cabo esta labor en pleno continente africano, en una de las zonas más pobres".

Fernández de la Vega comenzó el pasado sábado su primera visita oficial a Níger, acompañada por la secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, y una delegación de veinticinco mujeres españolas, para participar en foro que ya se ha celebrado anteriormente en nuestro país y en Mozambique.

Entre otros, el objetivo de la vicepresidenta es firmar un acuerdo marco en materia de inmigración y la puesta en marcha de una comisión mixta de cooperación con este país africano, uno de los más pobres del mundo.

En su segunda jornada en Níger, de la Vega tuvo la oportunidad de visitar las instalaciones de "Tigernuts" en la capital, Niamey. Allí -el domingo es día laboral en este estado musulmán- estaban trabajando unas doscientas mujeres clasificando la chufa que llega de varias cooperativas nigerinas, pero también de Mali o de Burkina Faso.

"La vicepresidenta nos ha hecho muchas preguntas -relataba ayer Carrión-. Cómo procesamos la chufa, cómo se cultiva, si se hace igual que en Valencia, cómo se remunera a las trabajadoras... También ha tenido la oportunidad de hablar con alguna de las trabajadoras. Se nota que tiene interés por este tipo de iniciativas".

Según explicó el empresario de l'Eliana, "el sistema de producción es diferente al de España, aquí nada está mecanizado, todo se hace de forma manual". La mayoría de las empleadas de "Tigernuts" son mujeres, "que tras arreglar su casa y a sus hijos" van a la nave a seleccionar una a una las chufas, muchas de ellas incluso cargadas con sus recién nacidos.

Euro y medio por saco de chufas

Las trabajadoras obtienen una media de un euro y medio -unos 600 francos nigerinos- por cada saco de 80 kilos, lo que suelen llenar cada día, "lo que equivale al sueldo de un funcionario en Níger", aclara Carrión. En el proceso de selección trabajan unas 500 personas, mientras que en los campos de cultivo intervienen otras 3.500.

"A los encargados de las plantaciones se les garantiza que les van a adquirir el producto por ello se embarcan en esta iniciativa", relata una mujer propietaria de un terreno, que decidió tras quedarse viuda, dedicarlo al cultivo de este producto. Después, el tubérculo se destina a toda Europa, sobre todo a la elaboración de cosméticos, de harina para repostería e incluso para champús o alimentanción de animales de corral.

Ramón Carrión también destacó ayer otra de las ventajas que su empresa ofrece a las mujeres africanas que trabajan con ella. "Hay veces que el producto sube y otras que baja, pero nosotros intentamos pagar la chufa siempre a un precio parecido, justo para todos. No queremos especular. Y por eso la crisis que están sufriendo otros productos como el arroz no nos está afectando".