Levante-EMV, Benitatxell

El nacimiento del urbanismo masivo y desordenado en el Poble Nou de Benitatxell tiene una fecha precisa: el año 1970. La venta por parte del ayuntamiento de la Muntanya (así llaman los vecinos al Puig de la Llorença) al grupo VAPF, S.A., por 50 millones de pesetas fue en aquellos tiempos un acuerdo respaldado por la práctica totalidad de los vecinos. Entonces, empezaba el declive de la actividad agrícola. Miguel Devesa, recién nombrado alcalde en el último tramo de la dictadura, acordó la firma del convenio de venta y explotación del Puig. Firma a partir de la cual empezaría a fraguarse la macrourbanización actual de la Cumbre del Sol, que ha llenado de chalés la ladera de la montaña que mira al mar e incluso los acantilados.

La operación sirvió para construir la red de agua potable y asfaltar las calles del núcleo urbano. Lo que para los vecinos pareció una ganancia clara, pues los terrenos del Puig no tenían valor agrícola, supuso hipotecar el desarrollo ordenado del municipio. Eso sí, con la macrourbanización -que todavía hoy sigue creciendo-, el consistorio encontró un filón de ingresos por licencias de obra.

Durante las cinco legislaturas en el poder de Devesa (AP) continuó explotándose el territorio. En la década de los ochenta, llegaron los primeros turistas mayoritariamente europeos que encontraron naturaleza y una costa imponente libre aún de hormigón, con el icono al frente de la Cova dels Arcs (playa del Moraig). La construcción de urbanizaciones fue sucediéndose con el pretexto de la llegada masiva de turistas que demandaban chalés. Pero todo tiene un límite: en los años ochenta los vecinos se echaron a la calle para protestar contra el proyecto de edificar un hotel en el Moraig.

El crecimiento urbanístico continuó con los sucesores de Devesa, José Torres (CDS - PP) y Juan José Buigues (PP). Durante las últimas décadas, los numerosos planes parciales han convertido al pueblo en uno núcleo urbano más, inferior incluso en población a algunas urbanizaciones.

Actualmente, existen once urbanizaciones: la Cumbre del Sol, el Poble Alcassar, Villhotel, Golden Valley, Vall del Portet, Calistros-Assegador, les Fonts, La Joya, Vista Montaña y Els Molins. Y pronto se añadiera el Racó de Nadal, que ejecuta la mercantil Pinaret 2000.

La capacidad de todas ellas podría superar el triple de población empadronada en la actualidad (INE 2007: 4.773). Según los técnicos de Adhara (equipo redactor del futuro PGOU) sólo las viviendas unifamiliares de la Cumbre del Sol pueden albergar a 5.200 personas, el resto pueden dar cabida a entre a 300 y 500 personas. La suma total está en torno a los 10.000 vecinos. Todas estas construcciones han modificado en profundidad la morfología del término (1.255 hectáreas: de ellas urbanas 34, urbanizables 144 y urbanizaciones consolidadas 390 ha).

Estos datos se plasman en la realidad social de este otrora pequeño municipio de la Marina Alta. Los vecinos extranjeros representan una tercera parte del total de la población. Y los residentes extranjeros participan activamente en la política. De hecho, en este momento el equipo de gobierno del grupo independiente Pideb está formado por dos personas nacidas en Benitatxell (ambos militaban antes en el PP) y cuatro ediles de origen foráneo.

El pasado mes de abril, con los votos favorables del Pideb, el pleno aprobó remitir a la conselleria el documento inicial del PGOU. El nuevo planeamiento, si se aprueba definitivamente, supone triplicar la actual población y seguir apostando por el crecimiento urbanístico.